miércoles, 16 de enero de 2013

Crema de calabaza

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Hoy celebramos en Jaén la noche de San Antón, una de las celebraciones locales que más encanto tienen. En esta fecha tradicionalmente se han encendido hogueras alimentadas con el ramón de la aceituna así como con maderas y muebles viejos inservibles. Recuerdo que cuando era pequeña las hogueras tenían además un gran tronco vertical en el centro del que colgaba un muñeco que simbolizaba algún personaje "non grato" del año.  Era emocionante esperar el momento en que el tronco con el muñeco caía por fin al fuego.

Según tengo entendido por lo que me cuentan mi madre y mi tía, estas lumbres empezaron únicamente en el barrio de la Alcantarilla y se hacía una de la calle Alcantarilla y otra en la Fuente de Don Diego (dos calles oblicuas de ese barrio). Cada una de estas lumbres tenía sus seguidores y se desvivían por conseguir cada año la una ganar a la otra, para ello se robaban la leña si era necesario. Los niños iban de casa en casa pidiendo cosas con las que hacer su lumbre más grande. En la actualidad y conforme la ciudad ha ido creciendo y cambiando su morfología se ha ido extendiendo la costumbre de hacer las lumbres en aquellos barrios en los que han contado con un buen espacio para ello.

La tradición (aunque hoy ya no queda mucho de eso) era cantar y bailar los "melenchones" junto a la lumbre. El  melenchón es una coplilla con un toque jocoso y en ocasiones picante que hoy en día pervive gracias a asociaciones culturales como la de Lola Torres (escuela de bailes populares) y el grupo Panaceite (dedicados a la canción) que luchan porque no se olviden.

Pues además de contemplar la lumbre y cantar y bailar melenchones, lo típico es comer unas rosetas (que es como aquí llamamos a las palomitas de maiz) y calabaza asada y beber vino. Lo dice el refrán "Por San Antón calabaza y melenchón".

Desde hace 30 años contamos además en Jaén con la carrera de San Antón, una carrera popular que no llega a los 10 km pero que resulta especialmente dura por los continuos y exagerados desniveles que tiene la ciudad. Pese a su dureza cada año son más las personas que se animan a correrla y que repiten porque dicen que es muy emocionante. Es característico animar a los corredores  y alumbrarlos con antorchas en su recorrido. Este año ha resultado especialmente dura porque hemos sufrido uno de nuestros característicos días de lluvia y viento. A los que seáis aficionados a correr y no conozcáis esta carrera os animo a que la probéis el próximo año.

Hoy traigo una receta con calabaza para rendir un pequeño homenaje a este día de celebración en mi ciudad.

Ingredientes:

- 1/2 cebolla
- Un buen trozo de calabaza (unos 350 gr)
- Una zanahoria
- Una patata pequeña
- Aceite de oliva virgen extra
- Caldo de ave o de verduras
- Sal
- Pimienta
- Nuez moscada
- Guarnición al gusto

Preparación:
1. Picar la cebolla en juliana. Limpiar la calabaza y partirla en tacos. Quitar la piel a la zanahoria y picarla. En una olla cubrir el fondo con aceite e oliva virgen (unas cuatro cucharadas) y sofreír durante unos 10 minutos la cebolla, la zanahoria y la calabaza.

2. Añadir la patata pelada y cortada en cascos, el caldo y la sal, y cocer durante unos 20-25 minutos. Se puede preparar también en la olla a presión, pero el tiempo variará según marca y modelo.

3. Pasar la batidora a las verduras con el caldo de cocción hasta conseguir una crema lisa y añadir más agua o caldo si gusta algo menos espesa. Añadir pimienta y un poquito de nuez moscada y rectificar de sal.

4. Servir acompañada de alguna guarnición al gusto: picatostes o cuscurros, gambas peladas y a la plancha, lascas de queso parmesano, brotes de verduras o incluso unos taquitos de calabaza que habremos reservado antes de cocer las verduras y salteados con un poquito de aceite de oliva virgen extra.