jueves, 8 de diciembre de 2011

Flan de huevo

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Pues vuelvo con otro clásico básico, el flan de huevo. Si tuviera que elegir algún tipo de postre o dulce sin duda me decantaría por los de huevo, no hay uno que no me guste: flan, natillas, crema catalana, tocino de cielo... Qué delicia, por Dios.

Cuando pienso en el flan mis recuerdos se van automáticamente a mi infancia. Mi madre solía prepararlo en casa, eso sí, haciendo ella misma también el caramelo, que luego se quedaba en parte solidificado en el molde y que yo no podía evitar chupetear, me agarraba al molde y no dejaba de meter los dedos hasta que mi madre me lo quitaba para fregarlo. Pero sobre todo me acuerdo de Carmen, una señora que estuvo ayudando a mi abuela en la aventura de sacar adelante una casa con once hijos. Luego llegaron los hijos de los hijos, e incluso los hijos de estos últimos... y Carmen seguía allí, preparándonos unos "canticos de pan con aceite" si nos daba hambre a media mañana entre juego y juego. Pues con el paso de los años Carmen se mudó a la casa que había justo al lado de la mía, la pobre le tenía pánico a las tormentas y cuando veía que la tarde se ponía fea y amenazaba chaparrón preparaba un flan de huevo y se venía a la casa de visita a llevárnoslo. Ahora no soy capaz de tomarme un flan casero sin acordarme de ella.


Ingredientes:

- 1/2 litro de leche
- 4 huevos
- 8 cucharadas de azúcar
- Caramelo líquido


Preparación:

Calentar la leche con el azúcar. Si te gusta aromatizar el flan con cáscara de limón, canela, etc añadir también a la leche para que infusione. A mí personalmente el flan de huevo me gusta que sepa a huevo, pero para gustos los colores. Dejar enfriar la leche y colar.

Juntar los huevos y la leche y batir con la batidora hasta que quede una mezcla homogénea.

Cubrir el fondo de las flaneras con caramelo líquido. Verter el batido de leche en las flaneras y cocer al baño María hasta que el flan haya cuajado. Yo lo hago en flaneras pequeñas y utilizo la Chef 2000 TI, que en 13 minutos tiene el flan listo. Si lo haces en olla o en el horno el tiempo de cocción seguramente variará. Para comprobar que el flan está listo pincharlo con un palillo o brocheta y comprobar que sale limpio.

Cubrir cada flanera con un trozo de papel de aluminio y dejar enfriar.


lunes, 31 de octubre de 2011

16 consejos para hacer buñuelos de viento

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Los buñuelos de viento son mi "clásico" del Día de los Santos. Llevo haciéndolos desde bastante pequeña y no entiendo este día sin una buena bandeja de buñuelos. Cada vez se están sofisticando más los rellenos, pero para mi gusto los sabores clásicos son los mejores: nata, chocolate, crema pastelera y cabello de ángel.

Si os animáis a prepararlos, podéis consultar aquí la receta. Con esta entrada simplemente quería añadir algunos consejos:

Importante:
1. Los buñuelos de viento son muy sencillos de preparar, la mayor prueba a la que tendremos que enfrentarnos es la PACIENCIA, porque necesitaremos dedicarles bastante tiempo a la fritura. Por lo demás veréis qué sencillos son. Animaos a probarlos.

La masa:
2. Se pueden hacer con margarina o mantequilla, yo personalmente prefiero la mantequilla porque me gusta más su sabor.
3. La harina debe ser específica de repostería. Un año utilicé harina de todo uso (marca DIA) y la textura fue desastrosa. Así que ya no me arriesgo y procuro utilizar la harina de repostería de Gallo.
4. En la receta viene el número de huevos pero es orientativo. En realidad buscamos una masa con una textura suave y ligeramente brillante. Generalmente yo uso ese número de huevos y claras, aunque alguna vez me he quedado más tranquila añadiendo un huevo más. Pero recordad la masa debe quedar espesa, lisa y con brillito.


5. La receta aparte de huevos enteros utiliza dos claras. Yo aprovecho las claras restantes de preparar la crema pastelera, haciendo dos terceras partes de la cantidad que viene en la receta que podéis consultar aquí. Así no desperdiciamos nada.

La fritura:
6. Es importante utilizar un buen aceite. Yo siempre utilizo aceite de oliva virgen extra. Al final quedará bastante quemado y no será adecuado reutilizarlo en la cocina, pero con él podéis preparar un estupendo jabón casero. (Próximamente la receta aquí)
7. Es preferible hacer los buñuelos pequeños, del tamaño aproximado de una nuez moscada e intentar que no le queden picos a la masa. Para ello podéis hacerlos utilizando dos cucharas, recogiendo con una de ellas la masa de la otra hasta darle una forma redondeada.


8. Al echar los buñuelos a la sartén el aceite no debe estar muy caliente (yo lo tengo al 6,5 sobre 10) y cuando ya han crecido más subo la temperatura ligeramente. Entre tanda y tanda retiro la sartén del fuego para que se enfríe un poco el aceite.
9. Los buñuelos necesitan tiempo para freirse adecuadamente. Pensad que parten de ser una masa densa del tamaño de una nuez moscada hasta tener un tamaño algo mayor al de una nuez (de las otras), para eso necesitan tiempo. Gracias al huevo que lleva la masa se van formando burbujas de aire en el interior que van aligerando su textura y que además son las responsables de que los buñuelos se volteen solos.
10. Es recomendable utilizar una sartén profunda. Como indico en el paso anterior, los buñuelos se dan la vuelta solos. Para ello necesitan una buena cantidad de aceite en la sartén (no deben tocar el fondo para voltearse con facilidad), espacio entre ellos (por lo que no conviene poner muchos de golpe) y temperatura adecuada del aceite (si éste está demasiado caliente se dorarán por fuera pero no llegarán a crear las burbujas necesarias del interior). De todas formas, si veis que alguno no se mueve dadle un pequeño toque que le sirva de impulso para moverse o dadles directamente la vuelta vosotros.


11. Una vez que saquéis la primera tanda de buñuelos podéis cortar uno de ellos y comprobar el punto de cocción que tiene para que sirva de referencia para las siguientes tandas.
12. Escurrir sobre papel de cocina o servilletas los buñuelos conforme salen de la sartén para eliminar el aceite que tienen en la superficie, veréis que no quedan nada aceitosos.
13. Dejar enfriar extendidos en una bandeja antes de proceder a rellenarlos.




El relleno:
13. Podéis utilizar una manga pastelera para rellenarlos. Venden una boquilla alargada y fina específica para esto, pero a mí me resulta más sencilla la técnica del "tijeretazo" al buñuelo y cucharadita de relleno. Así además podremos distinguir a simple vista el relleno de cada uno de ellos.
14. Los sabores clásicos son de nata, chocolate, crema pastelera y cabello de ángel, pero podéis poner cualquier otro relleno que os guste: dulce de batata, mousse de limón o café, crema de castañas...
15. Se pueden rellenar también de salado (paté, queso de untar, sobrasada...) pero para ello es mejor que los buñuelos estén horneados en lugar de fritos.



Presentación:
16. Presentar espolvoreados de una buena capa de azúcar glass. Retocad el espolvoreado si en el momento de servir los buñuelos el azúcar se ha humedecido.

¡Feliz Día de Todos los Santos!

sábado, 22 de octubre de 2011

Bizcocho de nata y nueces

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Sigo con los momentos dulces ofreciéndoos este bizcocho de nata y nueces. Y es que hay cosas que son tan sencillas como apetecibles.

Este bizcocho de nata y nueces lo conocí a través de un recetario que me pasó mi hermana. Me llamó la atención por su sencillez. Aunque en la receta original llevaba fideos de chocolate, yo decidí sustituirlos por nueces y el resultado es fenomenal. Es de los que más éxito han tenido en mi casa. ¿Qué ingrediente especial le pondrías tú?



Ingredientes:

- 1 brick de nata para montar
- 250 gr harina
- 190 gr azúcar
- 4 huevos
- 1 cucharadita de azúcar vainillado
- 1 sobre de levadura
- 1 buen puñado de nueces (a gusto)



Preparación:

Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Mientras tanto, batir los huevos, la nata, el azúcar y el azúcar vainillado. Añadir la harina tamizada junto con la levadura y mezclar bien hasta que no queden grumos. Añadir el puñado de nueces.

Engrasar un molde y espolvorearlo con harina. Verter la masa del bizcocho e introducir en el horno. Hornear durante unos 30-40 minutos. Sacar del horno y dejar reposar durante 10 minutos, desmoldar.


domingo, 16 de octubre de 2011

Bollos Roseta

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Harina, agua y sal, esto es todo lo que necesitamos para participar del milagro del pan. A partir de aquí podemos enriquecer y mejorar la masa con infinidad de ingredientes como aceites y grasas, frutos, semillas, leche, azúcar... Me parece realmente maravilloso y hasta mágico que con tan poquitos ingredientes podamos realizar tanto, y es que hay infinidad de recetas diferentes de pan.

Hoy, 16 de octubre, celebramos el Día Mundial del Pan. Y debemos celebrarlo, porque mientras nosotros podemos disfrutar a diario de este alimento, millones de personas en el mundo continúan muriendo de hambre y sin poder no ya disfrutar sino sobrevivir con este u otros alimentos básicos. Sirva este día de recordatorio de esta realidad contra cuya crueldad cada día estamos más anestesiados, así como para animarnos a compartir con los demás. Os dejo este enlace de Acción Contra el Hambre que he visto hoy y me ha encantado, a ver qué os parece.


Pues para celebrar este día me uno a la iniciativa Happy World Bread Day 2011 horneando estos panecillos o bollos Roseta que he encontrado en el ya citado libro "Das Große Buch von Backen". Se trata de unos bollos con masa enriquecida con grasa (aceite de oliva y mantequilla) y ligeramente dulces perfectos para tomar en el desayuno o la merienda con mantequilla y mermelada, jamón cocido y queso, Nocilla... Vosotros elegís.


Ingredientes:

- 560 gr harina de panadería
- 1 sobre de levadura deshidratada (5,5 gr)
- 1 cucharadita de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 325 ml de agua
- 50 gr de mantequilla ablandada
- 60 ml de aceite de oliva
- 60 gr de azúcar
Algo de leche para pintar
Algo de harina para espolvorear


Preparación:

Mezclar la levadura, la cucharadita de azúcar y 125 ml de agua tibia. Dejar reposar durante 10 minutos fuera de corrientes en un lugar cálido (si la mezcla no reacciona es que la levadura está pasada, empezar de nuevo utilizando levadura fresca).

Poner en un bol la harina junto con la sal y mezclar. Hacer un hueco en el centro y verter la mezcla de levadura, el aceite, el azúcar y 200 ml de agua tibia. Mezclar hasta que se forme una masa basta y amasar. Rectificar de harina o agua si es necesario. Incorporar la mantequilla y seguir amasando hasta que quede una masa lisa y elástica, blandita.

Colocar la masa en un bol ligeramente untado con aceite y cubrir con film transparente o un paño. Dejar reposar durante aproximadamente 1 hora en un lugar cálido.

Volcar la masa en el mármol y amasar ligeramente de nuevo. Hacer porciones de entre 80 y 90 gr de peso. Aplastar ligeramente cada una de las porciones y recoger los "picos" hacia el centro. Dar la vuelta y con ayuda de las manos ir girando la masa (movimiento de rotación) sobre sí misma dándole forma de bola y aumentando la tensión de la superficie de la masa. Colocar en una bandeja sobre papel de hornear y aplastar ligeramente. Proceder igual con el resto de la bolas, dejando una "distancia de seguridad" de 5 cm, ya que crecerán. Dejar reposar durante 1 hora aproximadamente cubiertas con un paño y fuera de corrientes en un lugar cálido.

Precalentar el horno a 180ºC. Pintar con leche y espolvorear harina por encima con la ayuda de un colador.

Vamos a proceder al greñado tan característico de estos bollos. Con un cortapastas o el tapón de un botecito de especias (unos 3 cm de diámetro) hacer el círculo de la Roseta hundiéndolo en el centro de la masa (1 cm de profundidad aproximadamente). No os preocupéis si se desinfla un poco la masa, volverá a crecer. Desde el círculo y hacia el exterior hacer 5 cortes limpios en la masa con un cuchillo bien afilado o una cuchilla, formando así los radios de la Roseta.

Hornear durante unos 15-18 minutos, hasta que queden doraditas. Dejar enfriar sobre una rejilla.


Recomendaciones:

- Los tiempos de reposo y levado son orientativos, dependen de la levadura que utilicemos (tipo y cantidad) así como de la temperatura ambiente. En invierno los tiempos deberán ser mayores al verano o compensar con una mayor cantidad de levadura.
- La cantidad de levadura dependerá de la cantidad de harina que utilicemos, de la temperatura ambiente y del tiempo del que dispongamos.
- Por tanto, levadura, tiempo y temperatura son variables que deberemos modificar o a las que nos deberemos adaptar en función de las circunstancias. Por ejemplo, si normalmente para el levado de una masa en verano necesitamos 1 h, puede que en invierno necesitemos media hora más. Así que observemos y tengamos paciencia, el tiempo es la variable más valiosa de todas.
- La cantidad de harina y agua también puede variar respecto a la receta en función de la harina que utilicemos y la capacidad de absorción de la misma. En el pan las cantidades siempre son orientativas. Una de las cuestiones que tenemos que tener en cuenta es que la cantidad de sal que viene en una receta es para una determinada cantidad de harina, por lo que es conveniente empezar poniendo un poco menos de la cantidad de agua e ir añadiendo más si lo vemos necesario. En el caso de esta receta se trata de una masa flojita, casi peguntosa.



viernes, 7 de octubre de 2011

Galletas integrales

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Tengo un libro que es un tesoro (o quizá debería decir ein Schatz). Se llama Das Große Buch vom Backen, que viene a ser algo así como "el gran libro del horneado" (dulce y salado). Me lo trajo mi hermana de su viaje a Berlín y la verdad es que no me canso de mirarlo ya que incluye de todo: bizcochos, galletas, muffins, panes, repostería salada, tartas... de diferentes partes del mundo. He hecho ya alguna de sus recetas pero hay muchíiiiiiiiiiisimas que tengo en ganas. La receta que os presento hoy me apetecía mucho hacerla. Se trata de unas galletas integrales ideales para el desayuno o la merienda. Como no son excesivamente dulces os propongo también la opción de cubrir una de las caras con chocolate. El resultado en este caso me recuerda algo a las galletas Digestive de Fontaneda.He tenido que hacer una pequeña variación respecto a la receta original que incluía extracto de malta (la he sustituido por Goldensyrup), ya que en España es difícil de encontrarlo. Aunque investigando, investigando he descubierto que en amazon.de lo venden (Malzextrakt). El extracto de malta es una sustancia muy peguntosa y de color oscuro que se ocuparía por un lado de ayudar a aglutinar los ingredientes de la galleta para que no se desmorone, y por otro de aportarle un sabor extra a cereales. Espero que si alguno os animáis a probar a hacerlas con la malta me contéis el resultado.Por cierto que ésta es la primera receta que publico utilizando mi nuevo equipo de iluminación que compré siguiendo las recomendaciones del blog webosfritos. Últimamente estamos superentusiasmados con la fotografía y con ganas de hacer algún curso presencial que nos ayude a mejorar nuestras fotos dentro y fuera de casa. Aunque todavía hay mucho que aprender aquí os muestro nuestro resultado. ¿Qué os parecen?


Ingredientes:

Para las galletas:

- 125 gr de mantequilla a temperatura ambiente

- 60 gr de azúcar moreno

- 1 cucharada de Goldensyrup (mi sustituto particular del extracto de malta)

- 1 huevo ligeramente batido

- 125 gr de harina

- 150 gr de harina integral (la podéis encontrar en Mercadona)

- 1 cucharada de levadura en polvo (tipo Royal)

- 35 gr de salvado de trigo (se encuentra en herboristerías)

Para la cobertura de chocolate:

- 50 gr de chocolate de cobertura (yo utilicé gotitas de chocolate Valor con leche)

- 1 cucharada de nata líquida


Preparación:

Batir en una fuente la mantequilla, el azúcar y el sirope (Goldensirup) hasta que quede la mezcla cremosa. Poco a poco ir añadiendo el huevo batido. Es importante que el huevo esté a temperatura ambiente para que no se corte la mezcla. Pesar y mezclar en una fuente aparte las harinas, la levadura y el salvado de trigo y añadir poco a poco a la mezcla anterior hasta formar una masa consistente. Envolver en film transparente y meter en el frigorífico al menos una hora. Precalentar el horno (calor superior e inferior) a 180ºC y forrar dos bandejas con papel de hornear. Extender la masa sobre la encimera dejándola de unos 5 mm de grosor y cortar las galletas con un cortapastas (en mi caso uno redondo de unos 5 cm de diámetro). Ir colocando las galletas sobre la fuente de hornear. Cuando tengáis una bandeja lista metedla en el frigorífico durante unos 20 min para que la masa vuelva a enfriarse. Mientras tanto continuar cortando las galletas de la segunda fuente. La masa que sobra de cortar las galletas se vuelve a juntar y a estirar con el rodillo, para volver a cortar más galletas. Continuar hasta terminar la masa. Hornear las galletas durante unos 12 minutos hasta que estén doraditas. Sacar del horno y dejar enfriar, transcurridos unos minutos colocar sobre una rejilla para que se enfríen y ventilen mejor. Pasemos ahora a la cobertura de chocolate. Al ser poquita cantidad yo no me complico la vida y resuelvo este problema en el microondas: Poner en un bol la cucharada de nata líquida y calentar. Sacar el bol del microondas y añadir el chocolate, removiendo bien con unas barillaspara ayudarlo a que se derrita. Pintar las galletas por una de las caras con el chocolate y dejar que éste solidifique de nuevo. Preparar un buen vaso de leche y ¡a disfrutar de las galletas!

jueves, 25 de agosto de 2011

Tarta de queso

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Pues por fin estoy aquí de nuevo, qué ganas tenía ya de volver a darle algo de ritmo al blog. Y es que he estado más de un mes con el brazo derecho escayolado y sin poder, entre otras cosas, cocinar. Han sido unas semanas pesadas entre escayola y rehabilitación, en las que las limitaciones de no contar con mi mano derecha (soy diestra) a veces me desesperaban y me encorajinaban por aquello del quiero pero no puedo. Pero he descubierto que tengo otras muchas manos derechas que me han facilitado mucho la vida: la familia, los amigos pero sobre todo mi marido. Él ha estado día tras día cuidándome, ayudándome, animándome y sustituyéndome en algunas tareas. Y es que suplantar la mano derecha de otra persona no es tarea fácil. Así que para él especialmente, pero también para todos los que me han cuidado y mimado (padres, suegros, hermanos, cuñados, sobrinitos y amigos) ¡MUCHAS GRACIAS!

Como veréis, poco a poco me voy introduciendo en las últimas tecnologías y desde hace unos días cuento con twitter en el blog, con él podré descubrir a otros muchos cocinillas que disfrutan tanto como yo en la cocina. Espero también poder darme a conocer entre gente a la que le pueda interesar lo que yo hago, por ello os pido a vosotros vuestra colaboración retwitteando aquellas recetas que creáis puedan gustar a vuestros contactos. Entre todos podemos hacer que aumente la comunidad de golosos.

Como la vuelta a la actividad bloguera me resulta un momento dulce, hoy os traigo esta tarta o pastel de queso que tiene mucho éxito allá por donde va. ¿Tarta o pastel? Esa es la cuestión. Me he preguntado cuál de las dos es realmente, he buscado en internet sin encontrar una respuesta satisfactoria e incluso he descubierto que en Alemania se hacen la misma pregunta: ¿cuál es la diferencia entre Torte y Kuchen? Así que si alguien lo sabe que me explique por favor la diferencia. Pues a lo que vamos, es una tarta supersencilla, jugosa, nada pesada y no muy dulce, sólo lo justo, pero que es un disfrute con cada bocado. ¿Os animáis a probarla?



Ingredientes:

- 250 gr queso fresco (tipo Burgos)
- 200 ml nata líquida
- 4 huevos
- 1 yogur natural
- 2 medidas (del vasito del yogur) de leche
- 1 medida de azúcar
- 1 medida de harina de repostería
- 1 cucharadita de azúcar vainillado (edito para añadir este ingrediente que había olvidado y que le da un sabor especial)


Preparación:

Precalentar el horno a 200 ºC. Untar el molde que vayáis a utilizar con mantequilla y espolvorearle harina. Para este pastel a mí me gusta utilizar un molde redondo desmoldable de 26 cm, en la base pongo papel de hornear que fijo con el aro desmoldable. Así me resulta más fácil de desmoldar luego y de pasar a una fuente o plato de servir.

Ahora viene la parte en la que tenemos que tomar una decisión importante: ¿complicarme un poquiiiiiiiito o no?:
- Si has elegido la opción 1, o sea, complicarte, tendrás tu recompensa: Separa las claras de las yemas y bate las primeras a punto de nieve (ésta era toda la complicación del asunto). En otro bol batir con la batidora de mano el resto de los ingredientes hasta que quede una mezcla fina y líquida. Añadir las claras montadas mezclando con movimientos envolventes pero con cuidado para que no se bajen. El resultado final tendrá una textura un poco abizcochada en la parte superior al subir parte de las claras a la superficie. En general suele gustar más preparada de esta manera.

- Si has elegido la opción 2, o sea, no complicarte: Bate todos los ingredientes juntos hasta que quede una mezcla fina y líquida. Aquí también tendrás una pequeña recompensa que se llama 10 minutos de tiempo, que en los tiempos que corren no es moco de pavo.

(Independientemente de si has elegido una u otra opción) Vierte la mezcla en el molde engrasado y hornea durante unos 35-40 minutos, aunque esto depende de cómo sea el horno y por supuesto de la forma y tamaño del molde que utilices. Para comprobar que está bien cocida, introduce un palillo en el pastel y comprueba que no le quedan grumos adheridos. Cuando salga el palito húmedo pero no pringoso, limpio, estará lista vuestra tarta.

Apaga el horno y abre un poco la puerta, no la abras del todo para que no se impresione, ya que por todos es sabido que las tartas de queso son muy asustadizas. Pasados cinco minutos sacar del horno y dejar enfriar unos 10 minutos, pasados los cuales será el momento de pasar la tarta a un plato donde luzca mucho más bonita. Servir bien fría, mejor de un día para otro. Se puede tomar tal cual o acompañada de alguna mermelada o sirope, esto le dará un complemento de sabor más dulce.

Espero que la disfrutéis.

jueves, 23 de junio de 2011

Canelones de bonito y pisto

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Esta es una receta muy sencillita y que viene bien para variar los típicos canelones rellenos de carne picada. La receta la vi en Unodedos y la he modificado ligeramente. Esta es una de las recetas que puedes seguir tal cual o "tunearla" según las sobrillas que tengas en el frigorífico. Pues venga, a remangarse y manos a la obra.


Ingredientes (para 2):

- 10 Placas de canelones
- 1/2 cebolla
- 1/2 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 1 zanahoria
- 2 latas de bonito en aceite de oliva
- tomate frito (mejor si es casero)
- bechamel (mantequilla, harina, leche, sal, pimienta y nuez moscada)
- queso para gratinar


Preparación:

Picar bien finitos la cebolla, los pimientos y la zanahoria y rehogar en una sartén a fuego medio. Escurrir bien el bonito y añadirlo a la sartén desmenuzado, añadir 3 o cuatro cucharadas de tomate frito y revolver bien. Retirar del fuego y dejar enfriar un poco.

Mientras tanto cocer las placas de canelones tal y como indique el paquete, yo utilicé 10 aunque añadí alguno más por si alguno se rompía (cosa que suele ser habitual). Una vez cocidos en agua salada, enfriar en una fuente con agua fría y dejar escurrir sobre un paño de algodón limpito.

Mientras se cuecen las placas y se enfría un poco el pisto procederemos a hacer la bechamel poniendo en un cazo 1 cucharada de mantequilla a fundir. Una vez derretida en el fuego medio, añadir un par de cucharadas de harina de repostería, revolviendo bien para que la harina pierda el sabor a crudo. Añadir un vaso de leche entera calentita, poco a poco, removiendo para que no queden grumos. Añadir sal, pimienta y nuez moscada. Apagar el fuego cuando tenga el punto deseado, en este caso mejor que no quede muy espesa.

Ahora vamos a rellenar los canelones, poniendo un poquito del relleno sobre cada placa y enrollando. Si al estar enrollados vemos que han quedado un poco vacíos, añadir un poco más de relleno desde cada uno de los extremos con la ayuda de una cucharilla de postre. Colocar los canelones sobre una fuente de horno que habremos untado con mantequilla (para que no se peguen), podemos poner también sobre el fondo una fina capa de bechamel.

Una vez colocados bien juntitos, cubrirlos con bechamel y queso rallado. Hornear a unos 180-200ºC durante unos 20 minutos. Finalmente gratinarlos para que queden con un bonito color dorado.

Servir acompañados de una buena ensalada y a disfrutar.

domingo, 12 de junio de 2011

Doo Waps inversos

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¿Alguna vez os han acusado de hacer lo blanco negro y viceversa? A mí sí, unas veces con razón (lo reconozco) pero otras no tanto. Anoche en la cocina me empeñé a conciencia en hacer lo blanco negro y el resultado fueron estos Doo Waps inversos. Es decir, masa de chocolate negro y pepitas de chocolate blanco.

La masa es prácticamente la misma que la de los Doo Waps, pero le he introducido tres pequeñas modificaciones: sustituir 25 gr de harina por chocolate Valor Puro (y fijáos qué negritos quedaron con tan poquito chocolate), cambiar las pepitas de chocolate negro por blanco y sustituir la mitad del azúcar de la receta por la misma cantidad de miel (que ayuda a la conservación y frescura de la bollería).

Tengo que decir que el resultado ha sido aún mejor que el de la pasada semana. No sé si es por la miel, porque la masa madre estuviera más activa, porque la levadura era fresca... pero quedaron supertiernos. Ésta la repito.

Y ¿cómo llamarlos? La verdad es que le he dado algunas vueltas: Pawood (Doo Wap al revés), Doo Waps de chocolate, Doo Waps inversos... De momento se han quedado con este último nombre, pero admito sugerencias. ¿Cómo los llamaríais vosotros?




Ingredientes:

- 375 gr harina de panadería
- 100 gr masa madre
- 260 gr leche entera
- 50 gr mantequilla fundida
- 5 gr levadura
- 25 gr cacao en polvo Valor Puro
- 20 gr azúcar
- 20 gr miel
- 1 cucharadita de sal
- 75 gr pepitas de chocolate blanco


Preparación:

Poner la harina en la cubeta de la amasadora o en la fuente donde se vaya a amasar. Añadir el chocolate en polvo y mezclar bien con una cuchara. Desmenuzar la levadura en la harina con la yema de los dedos. Añadir el resto de ingredientes excepto las pepitas de chocolate y la mantequilla. Amasar y cuando la masa esté bastante homogénea incorporar la mantequilla. Justo antes de finalizar el amasado añadir las pepitas de chocolate y mezclar con cuidado. Bolear sobre el mármol y dejar reposar tapada con un paño durante 75-90 minutos en una fuente untada de aceite.

Volcar la masa sobre el mármol y dividir en porciones (mejor ayudarse de una báscula de cocina digital para que las porciones sean similares). En esta ocasión las hice un poco más pequeñas, así que salieron 15. Bolear cada una de ellas y dejar reposar unos 45 minutos sobre la bandeja de horno cubierta con papel de hornear, taparlas con un paño.

Precalentar el horno a 210 ºC. Bajar la temperatura a 180-190 ºC y hornear durante 15-20 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla. Una vez frías se pueden congelar las que no se vayan a consumir en los dos siguientes días, descongelan perfectamente.

domingo, 5 de junio de 2011

Doo Waps

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Pues ya estoy aquí de nuevo y bastante satisfecha con el resultado de los Doo Waps caseros que preparé para desayunar este fin de semana. Y es que si hay algo en la cocina que de auténticas satisfacciones, eso son las masas (claro, siempre que el resultado final sea bueno). Tengo que reconocer que me he buscado una buena aliada para la cocina, y es que me he dado el capricho de comprarme una Kitchen Aid. La podéis ver al fondo en la siguiente foto, es un maquinón.

Esta receta la tenía en ganas desde que la vi en Ma petit boulangerie. Y es que convertir en casero un producto industrial, con sus correspondientes grasas y conservantes artificiales, está genial. En cambio en estos Doo Waps... ¿grasa?: un poco de mantequilla, ¿conservantes?: el efecto de la masa madre (que no es otra cosa que harina y agua), ¿aromas?: los propios de la harina, leche, mantequilla...

Tengo que reconocer que el sábado, cuando fui a hacer la compra al supermercado, no me pude resistir a apretar con las manos (y con mucho disimulo) unos auténticos Doo Waps envasados para comparar la ternura de unos y otros, y creo que los caseros no tienen nada que envidiar a los envasados. Además congelan muy bien, por lo que no es necesario comérselos en una sentada. Os animo a probarlos.



Ingredientes:

- 260 gr leche
- 50 gr mantequilla fundida
- 1 cucharadita de sal
- 40 gr azúcar
- 400 gr harina de fuerza
- 100 gr masa madre
- 5 gr levadura fresca (yo la sustituí por 2 gr de levadura liofilizada)
- 75 gr gotas de chocolate


Preparación:

Poner la harina en una fuente o el bol de la amasadora. Desmenuzar la levadura frotándola con la harina entre las yemas de los dedos, y mezclar bien. Añadir el resto de los ingredientes, excepto las gotas de chocolate, y amasar hasta que los ingredientes queden bien integrados y la masa quede suave y elástica. Una de las ventajas de usar masa madre es que no requiere que los amasados sean tan profesionales. En este punto incorporar las gotas de chocolate con cuidado de no rasgar la masa. Dar forma de bola, pulverizar con agua y dejar reposar en una fuente tapada durante aproximadamente una hora y media, hasta que doble su volumen.

Doblar y partir la masa en 12 porciones (yo incluso haría 15 para que queden algo más chicas). Bolear cada una de las porciones y colocar sobre la bandeja del horno en la que previamente habremos puesto un papel de hornear. Dejar reposar durante 45 minutos.

Precalentar el horno a 210ºC. Una vez caliente reducir la temperatura a 190ºC y hornear los Doo Waps durante 15 a 20 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla.



miércoles, 1 de junio de 2011

Bizcocho de suero de leche

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Hace unos días mi hermana me regaló un botellón de suero de leche, después de haber hecho un magnífico queso fresco de cabra. Estuvimos investigando un poco sobre recetas donde aplicarlo y la elegida fue este bizcocho de suero de leche de Eguski (en Mundorecetas).

He estado leyendo algunos foros de internet y blogs en los que hablan sobre recetas que utilizan el suero de leche y su relación o sospechosa frecuente compañía con el bicarbonato. Las conclusiones que he sacado han sido dos:
1. El bicarbonato ayuda a contrarrestar la elevada acidez del suero de leche.
2. La combinación del suero (muy ácido) con el bicarbonato (muy alcalino) provoca por su reacción química la formación rápida de gas que, aplicado a un bizcocho, consigue que éste suba.

Así que, aunque la receta que encontré no lo incluía, me decidí a añadirle un poquito de bicarbonato y reducir la cantidad de levadura química a la mitad.

El resultado tengo que decir que fue muy bueno, no sé cuál hubiera sido sin el bicarbonato, pero resultó ser un bizcocho tierno, jugoso y con un sabor muy rico. Y como todos los bizcochos, admite muchas variantes, y para muestra mi hermana que ya ha publicado dos versiones diferentes del bizcocho de suero de leche en su blog.


Ingredientes:

- 4 huevos
- El peso de los huevos en harina de repostería
- El peso de los huevos en azúcar
- El peso de los huevos en suero de leche
- 50 gr. de aceite
- Ralladura de 1 limón
- 1/2 sobre de levadura
- 1 cucharadita rasa de bicarbonato



Preparación:

Poner en un cazo a hervir el suero de leche y dejar enfriar hasta que quede templado (40ºC). Calentar el bol donde vamos a trabajar poniéndole agua caliente y dejándolo un rato hasta que temple. Con el bol ya calentito empezaremos a preparar la receta, favoreciendo con esta temperatura que el bizcocho quede esponjoso. (Si no nos queremos complicar la vida, este primer párrafo nos lo podemos ahorrar, pero queremos complicarnos la vida, ¿verdad?, el resultado lo merece)

Precalentar el horno a 170-180ºC (depende de tu horno). Pesar los huevos y poner en la fuente, añadir el mismo peso en azúcar y batir con las varillas durante unos 7-8 minutos. Añadir el resto de ingredientes (suero de leche, aceite, ralladura de limón, bicarbonato y la harina junto a la levadura tamizadas) y batir hasta que queden bien incorporados.

Verter en un molde previamente engrasado y hornear durante 30 minutos o hasta que quede bien cocido (pinchar con un palillo de brocheta, cuando salga limpio estará listo). Dejar enfriar y desmoldar.


Consejos para la cocción:

- No se debe abrir la puerta del horno durante la cocción, especialmente durante los primeros minutos o al menos durante el tiempo en el que es evidente por el aspecto que el bizcocho está crudo, resiste las ganas y confórmate con mirarlo a través de la puerta. Si abres la puerta, el contraste de temperatura puede bajar tu bizcocho y con él tu moral con el resultado de la receta (ya no volverá a subir).

- Cuando se aproxime el tiempo de finalización del horneado se puede empezar a comprobar si la masa está ya cocida con la técnica del palillo explicada más arriba. No es conveniente tampoco que el bizcocho se pase de horneado, ya que perdería humedad y correríamos el riesgo de ahogarnos engullipados al comérnoslo.

- Una vez finalizada la cocción, apagar el horno y dejar entreabierta la puerta. Pasados cinco minutos abrir la puerta del todo y deslizar la bandeja del horno hacia afuera. Pasados otros cinco minutos sacar el molde totalmente del horno y dejarlo enfriar sobre una rejilla. Pasados otros cinco minutos desmoldar (al no estar ya tan caliente estará menos frágil y correremos menos riesgo de quebrarlo) y dejar enfriar totalmente sobre la rejilla.

- La temperatura es orientativa porque cada horno funciona de diferente manera. En mi caso, al tener un horno de 45 cm de altura en lugar de los 60 normales, tengo que tender a bajar un poco las temperaturas para evitar que queden demasiado morenitos. Pero como siempre si el bizcocho sube mucho por el centro y se resquebraja es que la temperatura está demasiado alta; si por el contrario queda hundido del centro es que está demasiado baja.

- La levadura química que llevan los bizcochos, a diferencia de las levaduras de panaderías, es de acción instantánea por lo que no es necesario dejarlos reposar para que leven. En el caso de la utilización de bicarbonato junto al suero de leche es hasta contraproducente, ya que se pasaría el efecto burbujeante de su combinación. Son un poco "aquí te pillo, aquí te mato" (en el sentido amoroso de la expresión).

sábado, 21 de mayo de 2011

Panecillos de leche de Xavier Barriga

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Hacía muchíiiiiiiiiiiisimo tiempo que tenía ganas de preparar estos panecillos porque desde que los vi me entraron por los ojos. El otro día por fin me decidí y éste el resultado. Como todo, son mejorables porque han salido un poco morenitos, pero son supertiernos y están buenísimos. Mi marido llegó a la casa poco después de que salieran del horno, cuando el aroma a panecillos inundaba nuestro piso y la escalera del edificio, y llegó intrigado preguntado qué había preparado que olía tan bien.


Realmente estos panecillos están muy buenos y se pueden utilizar tanto con un relleno salado como dulce, para desayunar, merendar o incluso en alguna cena informal. Para los peques son estupendos, porque al tener una masa tan blandita les resultarán fáciles de morder y masticar. Esto me recuerda a aquellos panecillos blancos que Heidi guardaba con ilusión para regalárselos a la abuelita de Pedro cuando regresara a las montañas después de su aventura en Frankfurt junto a su amiga Clara. Seguro que la abuelita de Pedro habría podido comer sin problemas estos bollitos a pesar de andar regular de la dentadura; no ocurrió así con los que le llevó Heidi, que lógicamente se pusieron duros después de tantos días guardados en un armario. Así que con esta receta participo en el HEMC #54 basado en platos inspirados en películas, libros, canciones... y porqué no, dibujos animados.

hemc #54 - inspirados

Sólo me queda decir que esta es una receta de Xavier Barriga, un panadero catalán que además de otros, está impulsando el amor de la gente por el pan y la panadería. Podéis ver el vídeo en catalán de la elaboración de esta receta que se emitió en la tv3.

Bueno, espero que después de esta telepromoción os animéis a prepararlos (sobre todo quien se haya comprado recientemente una amasadora y no sepa cómo estrenarla).


Ingredientes:

- 500 gr harina de fuerza
- 10 gr de sal
- 40 gr de azúcar
- 20 gr de leche en polvo
- 280 gr de leche (aproximadamente)
- 26 gr de mantequilla
- 15 gr de levadura de panadería


Preparación:

Pesar todos los ingredientes y verterlos todos, con excepción de la leche, en la cubeta de la amasadora (si amasas a máquina) o en un bol (si amasas a mano). Deshacer la levadura en la harina desgarrándola con las puntas de los dedos.

Poner a funcionar la amasadora con el gancho de amasar a un velocidad baja (o ir calentando las manos porque ¡toca amasar!). Ir añadiendo la leche poco a poco y conforme la vaya absorbiendo la harina. La cantidad de leche de la receta es orientativa y puede variar en función de la capacidad de absorción de la harina. Amasar durante aproximadamente 15 minutos. La masa debe quedar lisa.

Volcar la masa sobre el mármol ligeramente enharinado y dividir la masa en porciones ayudándote de una báscula de cocina. Es importante que las porciones tengan un peso similar para que el tiempo de horneado sea el mismo para todas. Yo las hice de 65-80 gr y me salieron 12 unidades. Al hacer las porciones parecerá que es muy poquita masa, pero no te preocupes, luego aumentará su volumen. Bolear cada una de las porciones y dejar reposar entre 20 y 25 minutos para que la masa se relaje.

Pasado este tiempo darle la forma deseada a cada una de las bolas. En mi caso les di forma de barrita, para ello: aplastar cada una de las bolas y hacer dobleces, como doblando un folio en tres para meterlo en un sobre, cada uno de esos dobleces marcarlo con el canto de la mano. Volver a doblar sobre sí misma la masa, nos habrá quedado como una croqueta grande. Sellar la unión de la masa rodando nuestra "croqueta" sobre el mármol (como haciendo un churro de plastilina). Pasar a la bandeja del horno, con la cicatriz de la unión hacia abajo, dejando espacio entre las barritas porque luego crecerán. Pintar con huevo (opcional) y hacer el greñado (cortes). Dejar reposar durante 45-60 minutos hasta que casi doblen su volumen.

Calentar el horno a 220ºC (en mi caso para la próxima vez a 190-200ºC). Pasado el tiempo de reposo, introducir la bandeja en el horno y hornear durante unos 15-18 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla.


Advertencias y reacciones:

- Esta receta puede provocar reacciones de desconcierto entre los vecinos e incluso irritabilidad si no van a poder comerse los bollos, sólo olerlos.

- Por el contrario, se han descrito frecuentes episodios de ataques de amor en las parejas de las cocineras/panaderas (ya se sabe que a los hombre se les conquista por el estómago).

- Manténgase fuera del alcance de los glotones, pueden acabar con todos los panecillos.

lunes, 9 de mayo de 2011

Caracolas de cabello de ángel

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Pues la cosa sigue yendo de ángeles, después del Angel Food Cake ahora pasamos al cabello de ángel. Este es un dulce facilito, rapidísimo y que queda muy bien para acompañar un cafelito por la tarde. Como la mayoría de recetas, admite muchas variantes: frutos secos, Nutella, mermelada e incluso rellenos salados (sobrasada, paté, quesos... en este caso ¡no las pongáis para acompañar el café!). Yo os propongo esta opción, a ver qué os parece.

Ingredientes:

- 1 plancha de hojaldre rectangular
- azúcar moreno
- cabello de ángel


Preparación:

Precalentar el horno a 220 ºC (si utilizas calor superior e inferior) o a 200 ºC (si utilizas la función de aire caliente).

Extender la plancha de hojaldre utilizando un rodillo. Yo utilicé el hojaldre del Lidl (hace mucha hoja), que viene ya bastante estirado, no obstante le di un estironcito más.

Espolvorear de manera generosa azúcar moreno por toda la superficie del hojaldre y con ayuda del rodillo presionar un poco para que quede incrustado en la masa. Dar la vuelta a la masa y proceder de la misma manera.

Extender por la superficie del hojaldre una capa homogénea de cabello de ángel. Enrollar el hojaldre sobre la parte más estrecha. Cortar rodajas del hojaldre de algo menos de un dedo de ancho (salen alrededor de 20). Colocar sobre la bandeja de horno, dejando espacio entre unas y otras porque luego crecerán.

Hornear durante 10-15 minutos o hasta que queden doraditas. Sacar la bandeja del horno teniendo cuidado de no quemarse al sacarlas de la bandeja, ya que el azúcar derretido de las caracolas quema mucho.

domingo, 24 de abril de 2011

Pan básico

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Últimamente quedo bastante con mi amiga Magda, los viernes desayunamos juntas y nos ponemos al día en nuestras cosas. Ella también tiene un blog (En Esparta también se cocina) con sus recetas y, por tanto, compartimos también la afición por la comida y la cocina. Poco a poco ha ido despertando mi interés por el pan, me ha ido contando sus primeras experiencias con el pan para principiantes (el que no necesita amasado y se cuece en olla de pyrex), sus progresos con otros tipos de pan y sus nuevas experiencias con la masa madre. Me habló de El Foro del Pan y de su promotor, Ibán Yarza, un enamorado del pan tradicional; de la posibilidad de simplificar esos aparentemente complicados amasados (y que a mí particularmente me echaba para atrás) utilizando la sencilla técnica ideada o al menos promovida por Dan Lepard , hasta que llegó un punto en el que yo ¡NECESITABA HACER PAN!



Sí, sí, ¡atención! Porque aquí al igual que en el Checkpoint Charlie del Berlín Oeste se advertía a los que se disponían a cruzar este punto de control que estaban a punto de abandonar una zona segura, os lo advierto, si seguís adentrándoos en este post, visitando los enlaces de referencia y visualizando los videos, os podéis contaminar de este virus nada inofensivo y engancharos a la droga del amasado... Por experiencia propia os lo advierto, ya que yo me pasé toda la semana de "gestación" de mi masa madre soñando con amasar panes. Esto no me había pasado desde que de pequeña me enganché al tetris y me pasaba las noches (mientras dormía) colocando fichas y haciendo lineas. Ya sé que esto no es muy normal, pero engancharse al tetris sí, ¿o no os ha pasado a vosotros? (Por favor, decid que sí)

Bueno, pues si estáis dispuestos a pasar al "lado oscuro" y encontrar un motivo para elaborar vuestro propio pan en casa, aquí lo tenéis de la mano de Iban Yarza:


¿Que no sabéis cómo empezar? Pues en El Foro del Pan podéis encontrar toda la información que necesitéis. Pero si queréis que alguien os lo explique claramente y con imágenes, podéis ver este video del programa Robin Food, que David de Jorge tiene en la ETB, en el que, como no, llevó de invitado panadero al ya citado Iban Yarza. En él elabora un pan básico explicando todos los pasos, empezando por un repasito a la masa madre, pero para que comprendáis la simplicidad en la elaboración de la misma os recomiendo que veáis este video.

Pues nada, ya sólo me falta poneros la receta.


Ingredientes:

- 200 gr de masa madre
- 475 gr de harina de fuerza (yo utilicé del Mercadona)
- 25 gr de harina integral de centeno (Rincón del Segura)
- 300 gr de agua
- 10 gr de sal

Preparación (así lo hice yo):

Yo empecé a preparar la masa por la noche. En un bol puse todos los ingrediente y los mezclé, primero con una cuchara, luego con las manos. Siguiendo la técnica de amasado de Dan Lepard que Iban Yarza explica en el programa Robin Food (el enlace lo tenéis más arriba), hice cuatro amasados cortos de 15 segundos en la encimera (untada con aceite la primera vez, pero las demás con agua porque me parecía que la masa estaba un poco seca). Después la dejé reposar media hora, tras la cual hice un plegado de la masa (para crear tensión) y la guardé en el frigorífico tapada la fuente con un film transparente hasta la mañana siguiente.

Por la mañana en cuanto me levanté saqué la masa del frigorífico y la dejé que se pusiera a temperatura ambiente durante una hora aproximadamente. Le di forma al pan y lo dejé reposar en un paño bien enharinado durante unas dos horas y media o tres.

Calenté el horno a 250ºC con la bandeja del horno dentro y metiendo en la base del horno una fuente con agua en el interior para crear vapor y, por tanto, formar corteza. Una vez caliente metí mi hogaza sobre papel de hornear en la bandeja del horno. Los primeros 10-15 minutos pulvericé agua sobre la superficie del pan y las paredes del horno (de nuevo para crear vapor), después fui bajando el horno cada 10 minutos unos 10ºC. Lo horneé unos 50 minutos y después lo dejé enfriar sobre la rejilla.

Aunque tengo aún mucho que aprender y mejorar(corteza más recia, miga mejorable...), la verdad es que fue una bonita experiencia que ya he empezado a repetir. Seguiré informando.

domingo, 17 de abril de 2011

Angel Food Cake

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Llevaba bastante tiempo queriendo hacer este bizcocho. Lo descubrí en un libro que mi hermana me regaló ("Backen") que, aunque está escrito en alemán, tiene recetas de repostería y panadería de un montón de paises. Me llamó la atención por el aspecto esponjoso del mismo y porque no tenía yemas, perfecto para quien tenga el colesterol alto. Ignoraba totalmente que este bizcocho ha generado un nuevo fenómeno fan detrás de él, apadrinado o, mejor dicho, amadrinado por Bea, quien ha conseguido implantar en España a través de sus cientos de seguidores la repostería anglosajona entre otras.

No sé ni siquiera si tiene sentido reproducir aquí una receta cuya explicación está optimizada al máximo en su blog. Creo que no, y por eso y por respeto a su trabajo prefiero dejar el enlace a su tutorial sobre cómo elaborar un Angel Food Cake.




Simplemente os dejo algunas imágenes del que yo he elaborado y algunas recomendaciones:
- La primera y principal: NO UTILICÉIS EL EXTRACTO DE ALMENDRA, ni siquiera en menor cantidad, o estaréis masticando almendra artificial todo el rato. Es mejor aromatizarlo de manera natural. Yo la próxima vez utilizaré chocolate, ralladura de naranja o de limón, o cualquier otro aroma natural que se me ocurra.
- Una de las principales dificultades para elaborar este bizcocho es que es necesario utilizar un molde especial: de aluminio para que se pegue, con patitas para que al enfriarlo boca abajo circule el aire. Una de mis cuñadas, que es la caña cuando se propone algo, encontró una página web inglesa donde comprarlo y a un precio estupendo (algo más de 5 euros al cambio), aunque con los gastos de envío, que aumentan conforme aumenta el peso del pedido, casi se duplica el precio. La web es http://www.bakingfrenzy.com. Ya de camino aprovechamos para comprar algunos moldes para magdalenas o muffins monííííísimos.

Pues nada, ánimo y manos a la obra.

martes, 29 de marzo de 2011

Pudin con frutas

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Hace unos días tuve un accidente culinario (nada grave, ya veréis), de esos que sabes que van a pasar pero que a pesar de todo no evitas y te pasa. Me explico: estuve preparando una receta de plum cake que hacía tiempo que tenía ganas de hacer, entre otras cosas, para gastar las frutas escarchadas que aún me quedaban del Roscón de Reyes (que algún día de éstos me animaré a subir). El caso es que se me hizo tarde y al final me puse a prepararlo casi a la hora de cenar.

Mientras cenábamos y veíamos una serie se estuvo horneando, pero cuando sonó el avisador aún estaba muy crudo. ¡No pasa nada!: diez minutos más. Pasados estos diez minutos, con interrupción de la serie, quitarme la mantita del sofá, ponerme las zapatillas, salir corriendo porque el avisador no paraba de pitar... ¡aún estaba crudo! Grrrr..., bueno, ocho minutos más. Pasados estos ocho minutos y el trajín de serie, mantita, zapatillas y corretada... ¿lo sabéis, no? ¡¡Estaba crudo!! En la receta se explicaba que si quedaba un poco crudo por la parte superior se dejara unos minutillos más con el gratinador conectado. Pues nada, que encendí el gratinador y me fui a ver los cinco minutos de capítulo que quedaban, inquieta eso sí, porque sabía que lo que estaba haciendo me conducía directa al desastre... Cuando llegué a la cocina no sabía si estaba en Londres, por la neblina que allí flotaba, o en el infierno, porque ni pobre plum cake estaba no chamuscado (eso es ser muy optimista) sino ¡carbonizado!, eso sí, sólo en la superficie. No pongo ninguna foto porque luego podría ser utilizada en mi contra, es como los hijos poco agraciados que no se quieren enseñar. El caso es que estuvimos comiendo plum cake (quitándole la parte de arriba, claro) durante los días siguientes, pero el final preferí reciclarlo y lo convertí en este pudin. De éste si que os enseño fotos. Es guapo, ¿verdad?

Por cierto, ¿qué os parece el cambio de imagen del blog? Es obra de mi marido, que es superapañado y que anda investigando cómo mejorar la imagen y utilidad del blog. Muchas gracias, guapetón.

Y dicho esto, vamos al ajo...


Ingredientes:

- 4 huevos
- 1/2 litro de leche entera
- 8 cucharadas de azúcar
- un trozo de canela en rama
- cáscara de medio limón (sólo la parte amarilla)
- restos de bizcocho, magdalenas o incluso de plum cake (sólo la parte no chamuscada)
- caramelo líquido


Preparación:

Poner la leche en un cazo junto con la cáscara de limón y la canela, y cocer a fuego medio para que la leche tome bien el aroma de éstos. Cuando rompa a hervir, añadir el azúcar y mover bien para que ésta se disuelva. Colar y reservar.

En un bol grande batir bien los huevos y sobre éstos verter la leche colada sin parar de mover (para que no se formen pequeños cuajos de huevo).

Cubrir de caramelo líquido (casero o comprado) el fondo de la flanera, fuente o molde donde se vaya a cocer el pudin. Sobre éste colocar el bizcocho o dulce que se vaya a reciclar cortado en pequeños dados. En este caso, al utilizar los restos del cake que ya tenía frutas escarchadas no le añadí más frutas, pero se puede preparar alternando capas de bizcocho y de frutas en almíbar. Sobre esto verter la mezcla de leche y huevo y dejar que el bizcocho empape bien.

Cocer el pudin al baño maría en el horno, cacerola o como acostumbréis a hacerlo normalmente. En mi caso utilicé la Chef 2000TI, con la opción de Cocción/Horno durante 12 minutos. Comprobar que el pudin está cocido pinchándolo con un palillo de madera, si sale limpio estará cocido. Dejar enfriar y desmoldar.


Consejos:

- Este es otro de esos postres que van ganando con los días, así que preparadlo al menos con un día de antelación.

- Esta misma idea de pudin se puede ir variando: sobre la receta de flan incorporar otros ingredientes que aromaticen la leche, otros tipos de bollería o dulces, frutas e incluso frutos secos.

- No es conveniente que el bizcocho que utilicemos supere un tercio o como mucho la mitad del volumen de la leche, ya que al empaparse engordará y puede pasar como en el chiste de las magdalenas y se beban la leche, quedando así demasiado denso.

- Se puede servir acompañado de nata montada, pero no le hace falta, así está buenísimo.

domingo, 13 de marzo de 2011

Mousse de limón

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Receta fácil, rápida y rica. Apenas en 10-15 minutos la tienes lista. ¿Os atrevéis a comprobarlo?

Ingredientes:

- 1 brick de nata para montar
- 1 lata de leche condensada (de las de 497 gr)
- 2 limones



Preparación:

Lavar los limones. Rallar la piel de uno de ello y exprimir el zumo de los dos. Reservar.

En un bol profundo (para que no nos salpique) verter el brick de nata y montar con las varillas. Una vez que la nata esté montada y sin parar las varillas, añadir poco a poco la leche condensada.

Una vez incorporada la leche condensada, añadir la ralladura de limón y el zumo de los limones. Si no os gusta que sepa muy fuerte a limón, podéis poner el zumo de uno de ellos e ir añadiendo poco a poco más cantidad hasta que esté a vuestro gusto. ¡Y ya está!

Sugerencia: Solamente recomendar que se elabore el día anterior a tomarlo, puesto que la mousse toma una consistencia mucho más interesante.

viernes, 11 de marzo de 2011

Lasaña de espinacas y gambas

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En casa intentamos organizar las comidas con una semana de antelación. Los viernes por la noche pensamos el menú de toda la semana y así aprovechamos el sábado para adelantar las compras que podamos en el mercado y el domingo para ir preparando comidas. La comida del viernes siempre es pasta, ya que a mi marido le encanta. ¡Qué poco cuesta darle gusto!

El otro día preparé esta receta que además de rica y sana, tiene como ventaja (como todas las lasañas y canelones) que lo dejas preparado con antelación y luego sólo hay que hornear. ¡Qué alegría llegar a la casa a las tres de la tarde y encontrarte que la comida te está esperando! (Eso sí, antes te lo has tenido que currar tú, que no preparan este plato unos duendecillos cocineros).



Ingredientes:

- Placas de lasaña
- 1 manojo de espinacas frescas o dos porciones de espinacas congeladas
- Gambas
- Media cebolla
- Bechamel (mantequilla, leche, harina, sal, pimienta y nuez moscada)
- Queso rallado para gratinar


Preparación:

Si vas a utilizar espinacas frescas, lávalas y arréglalas como habitualmente lo haces. Cuécelas en la olla a presión durante 3 minutos. Si utilizas espinacas congeladas, procede como se indica en el paquete. De una u otra forma, una vez cocidas, escurre las espinacas. Calienta una sartén con un poco de aceite y añade media cebolla picada, cuando esté pochada añade las espinacas y dales unas vueltecitas. No es preciso freirlas demasiado, mejor que queden un poco crudas porque luego continuará haciéndose en el horno.

Prepara la bechamel. Para ello pon en un cazo una cucharada de mantequilla y espera a que se desahaga a fuego medio. Añade un par de cucharadas rasas de harina y mezcla bien con la mantequilla para que la harina pierda el sabor a crudo. Ve añadiendo poquito a poco la leche entera calentita (aproximadamente dos vasos) y mueve para deshacer los grumos que se puedan formar, puedes ayudarte con unas varillas de silicona (para no arañar el cazo). Cuando tenga la textura deseada (en este caso a mí me gusta más bien fluida), rectificar de sal y aromatizar con un poquito de pimienta y nuez moscada. Reservar.

Unta con mantequilla el fondo de una fuente cuadrada o rectangular, apta para el horno, y pon encima una fina capa de bechamel. Coloca encima placas de lasaña dejando bien cubierto el fondo. Yo utilizo normalmente lasaña de la que no precisa cocerse previamente, directamente con la cocción del horno y el líquido de los alimentos se ablandará. Si se utilizan placas de las de toda la vida, proceder como digan las instrucciones del paquete. Coloca encima una capa de espinacas. Cubre de manera generosa con gambas peladas y sobre éstas vierte una capa de bechamel. Repite la operación con una segunda capa.

Sobre la última tanda de lasaña vierte de nuevo bechamel y cubre con queso rallado. Hornea a unos 180-190º C durante unos 20 minutos y gratina.

Este plato llena bastante, así que ojo con las medidas.

Como variante o mejoría se me ocurre que le podrían sentar fenomenal unos tomatitos deshidratados conservados en aceite picaditos, que con su potente y característico sabor le podrían dar una especial gracia a este plato. Lo probaré.