viernes, 29 de junio de 2012

Roma, masa de pizza y pizza barbacoa

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Hoy me reencuentro con mi blog y con todos aquellos que me seguís después de algún tiempo de retiro. A partir de ahora espero poder disponer del tiempo necesario para presentaros algunas nuevas recetas que espero con mucha ilusión enseñaros.

En mi luna de miel (hace ya casi cuatro años) estuve en Roma. Roma me parece una ciudad deliciosa tanto por el encanto y el arte apabullante que hay por doquier como por la apetitosa comida que allí se cocina. Cuando nosotros nos vamos de viaje somos un poco ansiosos y esperamos disfrutar al máximo de aquello que la ciudad nos puede ofrecer diferente a lo que tenemos en nuestra tierra. Nuestras jornadas en los viajes son mortales (de luna de miel también), empiezan con un buen madrugón y un gran desayuno que nos dé fuerzas para afrontar las caminatas del día, y cuando salimos a la calle exploramos a tope la ciudad: monumentos, iglesias, mercados, plazas, lugares con encanto y por supuesto también la oferta gastronómica. Los que hayáis estado en Roma sabréis que en este caso fue un gran reto para nosotros porque Roma tiene muchísimo para ver y comer. Es sorprendente ver todos los lugares señalizados para visitar, pero a mí casi que me impresionó más ver todos los restos arqueológicos arrumbados que había por todas partes, porque Roma tiene tanto, que no le cabe en los museos.

Para aquellos que estéis pensando en viajar Roma me gustaría haceros algunas recomendaciones:
  • Si podéis, viajad fuera de la época veraniega tanto para evitar el sofocante calor como las colas para visitar los monumentos. Nuestro viaje fue a final de noviembre y pudimos entrar a todos los sitios sin problemas, lo que nos dejó muy buen recuerdo. Si viajáis en verano, ¡madrugad!, porque aquí se cumple el dicho de que a quien madruga Dios le ayuda.
  • Es casi obligatorio visitar la Basílica del Vaticano y el Museo, y en él la maravillosa Capilla Sixtina. La Capilla Sixtina se disfruta especialmente si hay poca gente alrededor, para ello (de nuevo) madrugad y si podéis comprad las entradas por adelantado. Una vez que entréis en el museo id directos hacia la Capilla Sixtina. Para ello tendréis que atravesar muchas de las estancias que merece la pena visitar, pero vedlas con detenimiento en una segunda vuelta, ya que al salir de la Capilla Sixtina podéis iniciar de nuevo el recorrido por el museo.
  • Son también espectaculares el Coliseo, la Fontana de Trevi y el Panteón, pero Roma tiene también otros lugares no tan conocidos pero no por ello menos encantadores. Me viene a la memoria especialmente la Basíllica de San Clemente (via Labicana, 95). Bajo la iglesia actual hay una iglesia paleocristiana, bajo la que se encuentra un templo de adoración a Mitra. La sensación en este nivel más bajo es algo especial, entre mágico y espeluznante, pero no dejéis de visitarla, es muy bonita.
  • Es muy bonito también un paseo al atardecer junto al Tíber, las vistas del Vaticano desde el puente Sant´Angelo son una delicia.
  • Y hablando de delicias, hay dos recomendaciones fundamentales para el asunto gastronómico: la primera es comer un helado en San Crispino (Via della Panetteria, 42), cerca de la Fontana de Trevi. La otra recomendación gastronómica es comer una pizza en Da Baffetto. Es un sitio no muy lustroso, de esos en los que te sientan en una mesa larga en la que hay más gente (inconcebible en España) y eso después de hacer colas para comer una pizza. Pero es que la pizza es espectacular, finita y hecha en horno de leña, una maravilla. Tenéis dos establecimientos de Da Baffetto, ambos por la zona de la Piazza Navona (también muy recomendable): uno en la Via del Governo Vecchio, 114 y el otro en la Piazza del Teatro di Pompeo, 18.
Pues este viaje marcó un hito en mi vida pizzera. Los que me conocen saben que la pizza se ha convertido en una de mis humildes especialidades, y es que esta es una de las comidas "superagradecidas" para hacer en casa y que merecen la pena por el resultado tan bueno y sobre todo natural. Y es que desde aquellas bases para pizza congeladas y con agujeritos de mi infancia hasta las de hoy hemos avanzado bastante. No es que sea una gran devoradora de pizza, pero sí que reconozco que es un plato con el que disfruto y al que cada vez le exijo más. A la vuelta de mi viaje a Roma me empleé a fondo en la elaboración de pizza y hoy os presento mis avances y trucos. Espero que os sirvan.



Ingredientes para la masa (para tres pizzas):

- 450 gr harina de fuerza
- 20 gr levadura fresca de panadero
- 220 gr agua con gas (Vichy para los que no están sufriendo la crisis, del Lidl o Mercadona para el resto)
- 10 gr de sal
- 25 gr aceite de oliva
- 1 cucharada de azúcar


Ingredientes para el relleno barbacoa:

- 1/2 filete de pechuga de pollo
- Tomate frito casero
- Salsa barbacoa
- Mozzarella
- Cebolla
- Maiz
- Bacon



Elaboración de la masa:
  1. Disuelve la levadura en el agua ligeramente templada (la levadura es muy sensible a la temperatura, así que ¡cuidado!), añade el azúcar (es comidita rica para la levadura y hace que la masa se ponga gordita y dorada) a continuación añade el aceite, mezcla bien e incorpórala a la harina y la sal en una fuente. 
  2. Mezcla con los dedos haciendo círculos y luego amasa dentro de una fuente hasta que la masa se despegue de las paredes (quedará una masa basta), puede ser que necesites más agua o más harina, dependerá de las características de la harina utilizada, debe quedar una masa trabajable. Amasa sobre la encimera o sobre una tabla de madera (mejor) con suficiente harina para que no se pegue a las manos, verás que la masa va quedando más suavita.
  3. Haz una bola con la masa de pizza y déjala reposar al menos 4 horas (en invierno más, en verano menos) a temperatura ambiente y cubierta con un paño limpio y seco, en una superficie enharinada o en un cuenco que sea bien amplio para que tenga espacio para crecer. Verás que pasadas unas horas la masa ha crecido mucho y está llena de aire, al cogerla se desinflará pero no te preocupes, es lo normal.
  4. Llegado el momento de hacer las pizzas, basta con hacer las porciones y estirar la masa procurando que quede una base de pizza muy fina (mi reto es aprender a voltearla en el aire, pero progreso muy poco). Colócala sobre papel de hornear y déjala reposar mientras preparas los ingredientes del relleno (ayudará a que se formen burbujas en la masa durante la cocción). 
  5. Enciende el horno a 230 ºC y prepara los ingredientes del relleno. Cubre la pizza con los ingredientes que más te gusten, hornea entre 8 y 10 minutos hasta que quede dorada y crujiente y ¡disfruta!

Elaboración del relleno barbacoa (esto no es muy italiano):
  1. Corta a daditos chicos la pechuga de pollo. Salpiméntala y márcala en la sartén. Añade dos cucharadas de salsa barbacoa, mezcla bien y retira del fuego.
  2. Corta en juliana finita la cebolla. Pinta la base de la pizza con tomate frito y salsa barbacoa. Reparte la cebolla, la pechuga de pollo, la mozzarella cortada en lonchas, un poco de maiz dulce y unos trocitos de bacon. Riega ligeramente con un poquito de aceite de oliva virgen extra.
  3. Hornea a 230º C entre 8 y 10 minutos hasta que quede crujiente.




Consejos:

1. Yo utilizo una tercera parte de la masa. Esta masa congela perfectamente. Una vez mezclados los ingredientes de la masa de la pizza y amasada (antes del reposo), hacer las porciones y congelar la que no vayas a utilizar envuelta en film transparente. Al ser esta masa más fina y ligera y no cargarla en exceso de ingredientes podrás comer un trozo más grande sin que se te ponga pesada.

2. El secreto para que la masa quede crujiente es que ésta pierda la humedad que tiene, para ello unos consejillos de entrerecetas:

  • Lo más auténtico es utilizar una piedra de hornear, pero para las que no la tenemos hay otras alternativas. Calienta el horno con la bandeja que vas a utilizar para hornear de manera que ésta coja una buena temperatura (nivel inferior del horno).
  • Estira la masa sobre papel de hornear (irá absorbiendo parte de la humedad de la masa cuando la metas en el horno), coloca los ingredientes que te gusten encima y colócalo todo (pizza con ingredientes y papel de horenear) dentro del horno sobre la bandeja caliente (esto ayudará a la evaporación de agua). ¡Mucho cuidado con no quemarte!. 
  • Mi prueba para ver que tiene el punto crujiente (aparte del aspecto doradito) es levantar un poco la pizza cuando está en el horno y golpearla con los nudillos, si hace toc toc es que está en su punto.
  • Ponle poca salsa a la pizza (reducirás el líquido que pasa a la masa) y utiliza los ingredientes cortados muy finitos, ya que el tiempo de horneado de esta pizza es corto y no les dará tiempo a cocerse.
3. A mí me gusta utilizar mozzarella fresca, le da un gusto suave y rico. La puedes encontrar de vaca a buen precio (menos de 1 €) en Lidl o Mercadona, y de búfala (algo más de 2 € en El Corte Inglés).