jueves, 22 de noviembre de 2012

Tarta de queso y Mars

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En una de mis incursiones a Alemania me compré un libro de tartas de queso que tenía una pinta estupenda. Las tartas son en general muy apetitosas pero había una que me entró especialmente por los ojos y es ésta que hoy os presento. Esta tarta requiere un ejercicio de superación de remordimientos, porque es una auténtica bomba energética, y de autoconvencimiento del ejercicio que vas a hacer a la semana siguiente para quemar todas estas calorías (que luego ya veremos si lo cumplimos). Pero superadas estas dos fases todo lo demás es bastante sencillo y placentero. Estoy segura de que si la probáis os encantará.

Es de los tipos de tarta de queso que no requieren horno y que van ganando cuanto mayor es su reposo, así que si tienes alguna celebración o algún invitado a casa puedes dejarla hecha el día anterior. La tarta se compone de una doble capa de queso y trocitos de chocolatinas Mars, bañada cada una de ellas con una salsa de caramelo y otra de chocolate. ¿Cómo os habéis quedado?

Yo la preparé para celebrar el cumpleaños de mi cuñada y el resultado fue todo un éxito, así que no quiero dejar de compartirla con vosotros. Ánimo y a por ella.


Ingredientes:
Para la base:
-250 gr. de galletas Digestive de chocolate
- 90 gr. de mantequilla a punto pomada.
- 2 cucharadas de cacao en polvo (yo utilicé Valor)

Para el relleno:
- 500 gr. de queso de untar (tipo Philadelphia)
- 110 gr. de azúcar glas
- 300 gr. de nata para montar
- 180 gr. de chocolatinas Mars
- 6 hojas de gelatina
- 1/2 vasito de leche

Para la salsa de caramelo:
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 20 gr. de mantequilla
- 2 cucharadas de nata para montar (se las podemos robar a la nata del relleno)

Para la salsa de chocolate:
- 50 gr. de chocolate con leche
- 2 cucharadas de nata para montar (si no se mosquea el relleno le volvemos a robar un poco de nata)

Preparación:
1. Con una picadora, Thermomix, un mortero o un rodillo de cocina trituramos las galletas hasta que queden hechas polvo, le añadimos la mantequilla y el cacao en polvo y mezclamos bien con un tenedor. Repartir la mezcla sobre el fondo y los bordes de un molde desmontable de unos 21 cm de diámetro, presionando bien la mezcla para que quede compacta y uniforme. Meter en el frigorífico al menos 30 minutos, mientras preparamos el relleno y las salsas.

2. En una sartén pequeña calentar a fuego bajo la mantequilla, el azúcar moreno y las dos cucharadas de nata hasta que el azúcar quede bien disuelto y se forme una crema de caramelo. Cortar el fuego y dejar enfriar.

3. En una cacerola poner el chocolate con dos cucharadas de nata y calentar a fuego lento hasta que el chocolate se derrita y quede una salsa uniforme. Dejar reposar.

4. Poner las hojas de gelatina en remojo en agua hasta que queden bien hidratadas, unos 5-7 minutos. Escurrir y desleir en medio vasito de leche caliente. Dejar enfriar un poco.

5. En un bol y con ayuda de unas varillas batir el queso y el azúcar durante unos minutos, añadir la gelatina diluida en leche y batir un poco más. En otro bol montar la nata y añadirla posteriormente a la mezcla de queso junto a las chocalatinas picadas en trocitos. Mezclar con ayuda de una lengua de cocina .

6. Verter la mitad de la mezcla de queso sobre la base de galletas. Cubrir por encima con la mitad de las salsas de caramelo y chocolate. Extender éstas con una tenedor. Repartir la otra mitad de la mezcla de queso procurando dejar la superficie bien lisa.

7. Finalizar cubriendo con el resto de salsas de chocolate y caramelo poniéndolas de forma decorativa. Yo puse las salsas en dos biberones de cocina y fui haciendo círculos concéntricos alternando ambas salsas hasta llegar al centro. Finalmente y con ayuda de un tenedor puesto de canto fui haciendo líneas desde el centro hacia el exterior arrastrando ligeramente las salsas para que quedara esta terminación tipo "tela de araña". No obstante le podéis dar el toque final que a vosotros más os guste. Si no os queréis complicar podéis hacer una decoración tipo maraña mezclando ligeramente con el cuenco de la cuchara las salsas, dejando que se aprecien los dos colores.

8. Dejar enfriar al menos 3 horas.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Raviolis de puerro y gambas y VI Convención de la tapa II

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Si habéis visto mi anterior entrada, en ésta os presento la tapa que yo preparé para la VI Convención de la tapa que celebramos unos cuantos amigos hace unos días. Como el título del evento en esta ocasión era "No soy lo que crees que soy" me decidí a preparar estos sencillos, ligeros y ricos raviolis de calabacín. Y no, no se trata de un plato de pasta como podríais pensar (ahí está la gracia). Como podéis apreciar en la foto lo que hace de ravioli son finas láminas de calabacín que esconden en su interior un sofrito de puerro, gamba y queso de untar. Pero vamos, que partiendo de esta idea los rellenos pueden ser tan variados como vuestra imaginación os permita.



Ingredientes:
- 2 calabacines
- 2 puerros
- 18 gambas
- queso de untar
- aceite de oliva virgen extra
- sal y pimienta


Preparación:
1. Lavar bien los calabacines y eliminar el extremo donde se encuentra el rabito. Como vamos a trabajar con láminas cortadas a lo largo, es conveniente hacer un corte a lo largo con el cuchillo para eliminar la parte más curvada del calabacín (no lo tires, lo puedes aprovechar para preparar cremas, sofritos, pisto...). Con ayuda de una mandolina cortar láminas de unos 2 mm de grosor, habrá que cortar el doble de láminas que raviolis queramos hacer.

2. En una cacerola poner agua a hervir con una cucharadita de sal. Ir sumergiendo una a una las láminas de calabacín durante unos 15 segundo. Sacar y pasar a una fuente con agua fría, así detendremos la cocción y reavivaremos el color verde del calabacín. Escurrir las láminas de calabacín sobre un paño de cocina.

3. Picar los puerros bien finitos y sofreir despacio en una sartén con un poquito de aceite (unas cuatro cucharadas). Cuando el puerro esté pochado añadir las gambas, un poquito de sal y de pimienta y dar unas vueltas, lo justo para que las gambas cambien su color. Añadir una cucharada colmada de queso de untar (más o menos cantidad según gustos) y mezclarlo bien con el sofrito. Cortar el fuego y dejar enfriar un poco.

4. Ahora vamos a rellenar los raviolis, para ello poner sobre una tabla de cocina dos láminas de calabacín perpendicular una respecto a la otra (formando una cruz, vamos). Poner una cucharada de relleno incluyendo un par de gambas en cada tanda. Doblar un extremo del calabacín que está en contacto con la tabla sobre el sofrito, a continuación el otro. Hacer igual con la otra lámina de calabacín. Os debe haber quedado un paquetito. Hacer igual con el resto de láminas y sofrito.

5. Poner unas gotas de aceite de oliva virgen extra sobre una plancha de cocina o sobre una sartén amplia y colocar los raviolis dorándolos por ambos lados.

6. Se pueden servir tal cual, pero si habéis preparado este plato con antelación los podéis meter en el horno a fuego medio durante unos 10 minutos para calentarlos. Si se trata de un plato preparado para un tapeo, se pueden presentar atravesados por una brocheta.



Crep Ecce Homo y VI Convención de la Tapa

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Pues sí, en casa nos hemos unido a la revolución que ha iniciado Cecilia, esa tierna ancianita de Borja que aún hoy afirma que no es que le saliera un churro de restauración, es que todavía no había acabado. Desde luego esta mujer ha sido todo un ejemplo de confianza en una misma, que ya quisiéramos los demás, así que ahí va este pequeña contribución a la variedad de reproducciones de su obra que se pueden encontrar en la red. Pero no, no hemos hecho un churro sino un crep, que parece ser que tiene más glamour.

Y es que se trata de la aportación de mi marido a la VI Convención de la Tapa que, como ya viene siendo tradicional, desde hace algunos años celebramos con unos cuantos amigos. Como ya ocurrió en la ocasión anterior el certamen tenía temática, y decidimos darle un toque un poco cachondo titulándola: "No soy lo que crees que soy" (Seguro que si el auténtico Ecce Homo hubiera podido hablar le habría dicho estas mismas palabras al cura de la iglesia cuando descubrió el cambio de look que le habían hecho, jeje). El caso es que este título buscaba que las tapas tuvieran un aspecto algo distinto al que asociaríamos a su nombre (tapas disfrazadas) o con una elaboración diferente a la que tradicionalmente tienen. Como seguro que no os ha quedado muy claro de qué iba esto, aquí os dejo el magnífico menú que tomamos aquel día (de izquierda a derecha y de arriba a abajo):



1. Pastel de espárragos: Con todo el aspecto de una mousse de limón y como si de un plato dulce se tratara, F de El gusto por lo bueno nos sorprendió con esta suave, fina y riquísima mousse de espárragos. Podéis ver la receta pinchando aquí.

2. Salchicha momificada del faraón: Tras una explicación histórica argumentada e ilustrada por un papiro, R nos arrancó una carcajada y demostró que lo que nos presentaba era la auténtica salchicha de un faraón (no recuerdo cuál) que ha resistido al tiempo perfectamente momificada con la conocida técnica embalsamadora de envolverla en hojaldre. Lo que no me quedó tan claro es cómo se consiguió multiplicar por nueve la valiosa salchicha de este faraón...

3. Magdalenas de salmón y queso: Aunque normalmente nos comemos las magdalenas en el desayuno o la merienda, éstas no eran para mojarlas en el  Cola Cao  (ya que eran saladas y con relleno de salmón ahumado y queso), pero estaban para chuparse los dedos.

4. Peras de puré de patata: Estas preciosas peritas a las que no les falta un detalle las preparó A, de La Ciudad Azul. Son supercoquetas y estaban muy ricas, además tenían su toque scrap.

5. Cocktail de marisco: Con toda la apariencia de unas clásicas naranjas heladas E de Alma de Azúcar nos presentó un cóctel de gambas muy fresquito y rico en un envase biodegradable, y es que le encanta todo lo que es natural. Podéis consultar su receta aquí.

6. Raviolis de puerro y gambas: Aunque normalmente la palabra ravioli la asociamos a la pasta, en esta ocasión estos puerros y gambas estaban envueltos en calabacín. Fue mi contribución tapera y tuvo bastante éxito. Tenéis la receta aquí.

7. Deep fried chocolate cake : F nos sorprendió con este postre, primero con su largo y enrevesado nombre y luego con su elaboración, ya que se trataba de un bizcocho de chocolate rebozado en huevo y pan rallado y posteriormente frito como si de una croqueta se tratara. Para rematar la faena estaba bañado con un sirope de chocolate. ¿Cómo os habéis quedado? Buenísimo y superoriginal.

8. Crep Ecce Homo: Después de currarse unas magníficas plantillas con la cara de esta obra de arte, S provocó una carcajada general cuando apareció con nueve réplicas del que a día de hoy es el Ecce Homo más conocido del mundo y éste año el disfraz favorito de los americanos en Halloween (la receta más abajo).

9. Morcilla dulce: Y ya para acompañar el cafelito R de Manual-Ideando nos hizo alucinar con esta morcilla dulce de chocolate, galletas y frutos secos. La primera vez que acompaño un café con una rodaja de morcilla ¡y me gusta! (bueno, la primera y la única). No dejéis de conocer esta receta.

La receta de crep Ecce Homo es una mezcla culinaria (receta de crepes de Gastronomiaycia y de manualidades, ya que además de preparar la receta hubo un trabajo previo para elaborar las plantillas que permitieron sacar así de guapo y auténtico este Ecce Homo.


Ingredientes:

- 500 ml de leche
- 250 gr. de harina
- 4 huevos
- 50 gr. de mantequilla
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharadita de azúcar vainillada
- 1 cucharadita rasa de sal
- 1 cucharada de ron
- Crema de cacao
- Cacao en polvo
- Cartulina y papel de aluminio para las plantillas.

Preparación:

1. Batir la leche, harina, huevos, mantequilla a punto de pomada, azúcar, azúcar vainillada, sal y ron hasta conseguir una mezcla fina y sin grumos (con batidora de mano). Dejar reposar durante unas dos horas.

2. Mientras la masa reposa se pueden preparar las plantillas. Para ello es conveniente buscar una imagen del Ecce Homo e imprimirla del tamaño que queramos que salga nuestro crep. A partir de ahí sacaremos calcándolas dos plantillas:
- una de la silueta de la cabeza, para recortar los trozos que sobren.
- otra de la cara, calando en ella los ojos, nariz y boca.

3. Cuando tengamos las plantillas es conveniente forrarlas con papel de aluminio, abriendo los huecos de ojos, nariz y boca. Esto es importante por higiene, ya que las plantillas estarán en contacto directo con el crep.

4. Pasado el tiempo de reposo, untaremos ligeramente de mantequilla una sartén para creps (si la tenemos) u otra normal pero cuyo fondo tenga una diámetro ancho y la pondremos al fuego. Con cuidado y sirviéndonos de un cucharón de servir sopa verteremos la cantidad necesaria de masa  para cubrir el fondo de la sartén. Como debe quedar una masa finita deberemos mover la sartén para repartir bien esta masa por todo el fondo de manera uniforme. Cuando la masa se despegue ligeramente de los filos de la sartén le daremos la vuelta, deben quedar ligeramente dorados. Sacar y guardar apilados y cubiertos con film transparente (yo los guardo en un recipiente de propaganda para guardar las fajitas). Proceder igual con el resto de la masa.

5. Colocar los crepes en los platos. Utilizando la primera plantilla (silueta de la cabeza) recortaremos los bordes de la cabeza para darle forma. Retirar la plantilla y colocar la otra. Con un cuchillo iremos extendiendo rápidamente la crema de cacao a modo de pelo en el espacio entre la plantilla y el filo del crep. A continuación y con la ayuda de un colador espolvorearemos el cacao en polvo sobre la plantilla  para "restaurar" los ojos, cejas, nariz y boca. Retirar esta segunda plantilla con mucho cuidado para que no caiga parte del cacao que habrá quedado sobre la plantilla. OJO: ¡No estornudar, silbar ni espurrear mientras hacéis este paso!

6. Servir rápidamente. Se puede acompañar con helado, crema de vainilla o cualquier otro topping de vuestro gusto.

Las carcajadas están garantizadas.