miércoles, 30 de septiembre de 2015

Apfelstreuselkuchen o pastel de manzana alemán

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Esta palabra tan larga e impronunciable que tiene el título del post (Apfelstreuselkuchen) es en realidad la unión de tres palabras: Apfel (manzana), Streusel (cobertura granulada tipo crumble) y Kuchen (pastel). ¿A que ahora queda más clara la cosa? Y es que a los alemanes les encanta juntar palabras, yo creo que para reirse de los que intentamos chapurrear alemán porque nos falta el aire para decir esas palabras tan complicadas. Pero si lo de juntar palabras es muy típico de los alemanes hacer pasteles y dulces con manzanas lo es todavía más (un claro ejemplo es el Apfelstrudel). Así que ya que ha llegado el otoño y estamos en plena época de manzanas tenemos que aprovecharnos y disfrutar de este producto en su mejor momento.

Para hacer esta receta utilicé unas manzanas pequeñitas "Initial" (las de la izquierda de la foto) pero muy ricas que compré en una tienda ecológica que hay en Jaén. Se llama Tierras Vivas y llevan ya algo más de dos añitos abriéndose camino y luchando con su proyecto de sacar adelante un negocio unido a un gran compromiso social y medioambiental, compromiso que también está presente en la historia de cada uno de los productores que les surten. Puedes conocer algunas de estas experiencias y filosofía de vida de productores aquí. Os animo a que visitéis su página web, seáis o no de Jaén, porque las cuestiones que se plantean en ella creo que son muy interesantes y deberían hacernos reflexionar a todos sobre la huella que dejamos en el mundo con cada cosa que hacemos y/o consumimos. Me gusta además la forma positiva que tiene de plantear las cosas, puesto que más que hacerte sentir mal por aquellas cosas que hacemos y que podríamos mejorar transmiten un mensaje más positivo y constructivo: la posibilidad de hacer cosas a nivel individual que tendrán efectos a otros niveles. Bueno, no quiero ser muy cansina, pero si le echáis un vistazo me encantaría que me contárais qué os ha parecido.


Y respecto a este pastel decir que nos ha gustado a todos mucho, porque cada una de sus cuatro capas (base, manzana, natillas, cobertura)  aporta algo que en conjunto resulta muy equilibrado y delicioso. Es algo parecido a la Tarta de manzana de mi abuela Lola que os enseñé aquí. Una y otra receta saben a hogar, a calentito.



Ingredientes:
Para la base:
- 155 gr de harina de repostería
- 1 cucharada de azúcar
- 80 gr de mantequilla blandita
- 1 yema de huevo
- 2 o 3 cucharadas de agua fría

Para el relleno:
- 3 manzanas algo ácidas (yo utilicé 10 u 11 al ser pequeñitas)
- 20 gr de mantequilla
- 4 cucharadas de azúcar
- 2 huevos
- 185 ml de nata muy grasa
- 1 cucharadita de vainilla

Para la cobertura (Streusel):
- 60 gr de harina
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 40 gr de nueces picadas
- 40 gr (aprox) de mantequilla


Preparación:
1. Empezamos con la base. Aquí os ofrezco dos posibilidades:

  • A mano: En una fuente mezclar la harina y el azúcar. Añadir la mantequilla, la yema y 2 cucharadas de agua (añadiremos otra si vemos que la masa lo necesita). Ir mezclando los ingredientes con las yemas de los dedos, pellizcando y tratando de desmenuzar el contenido de la fuente. Conforme se vayan integrando los ingredientes la masa quedará más húmeda y se podrá formar una bola con facilidad.
  • Con el vaso accesorio picador de la batidora: Es el método que yo he utilizado porque es muy cómodo. Se ponen todos los ingredientes en el vaso picador a baja potencia y se bate hasta que empiece a formarse una masa. Los ingredientes irán pasando por distintas fases: polvo, migas y finalmente masa. 
2. Forrar una fuente de horno cuadrada de aproximadamente 20x20 cm. Extender la bola de masa entre dos papeles de hornear (o en papel film) utilizando un rodillo. Cortar la masa en cuadrado y colocarla sobre la fuente de hornear. Metemos en el frigorífico durante 20 minutos. Encender el horno a 190 ºC para que se vaya calentando.

3. Mientras se enfría la masa empezamos con el relleno. Pelar las manzanas y partirlas en cuadritos pequeños y colocarlas en un cazo. Añadir 2 cucharadas de azúcar y la mantequilla. Cocer tapadas durante 15 minutos y luego destapadas 5 minutos más aproximadamente (hasta que queden blanditas y se chafen con una cuchara).  Cortar el fuego, volcar sobre un escurridor y dejar enfriar. Reservar el caldito que haya quedado al escurrir las manzanas.

4. Sacar la masa del frigorífico, cubrir con papel de hornear y ponerle algún peso encima. Bajar la temperatura del horno a 180ºC y hornear durante 15 minutos. Quitar entonces el peso y el papel que pusimos sobre la masa y continuar horneando durante 5-10 minutos más, hasta que empiece a dorarse la masa.

5. Mezclar la nata, los huevos, las dos cucharadas de azúcar restantes y el aroma de vainilla. Añadirle el jugo de la cocción de las manzanas.

6. Extender sobre la base del pastel las manzanas de manera uniforme y volcar encima la mezcla batida que hemos preparado. Hornear otros 20 minutos (hasta que la superficie se note algo cuajada).

7. Para preparar el Streusel mezclar con una cuchara la harina, el azúcar moreno y las nueces. Añadir la mantequilla cortada a cuadritos e ir desmenuzándola con las yemas de los dedos. La idea es que quede una mezcla arenosa y que forme pequeñas bolitas. Si queda excesivamente suelta se puede añadir algo más de mantequilla. Repartir de forma uniforme sobre el pastel y volver a hornear 15 minutos.

8. Una vez fría la masa se parte en 16 cuadrados y se sirve.


Consejos:
1.  Esta receta está planteada para hacerla en un molde cuadrado y poder cortarla luego en porciones, pero se puede hacer igualmente en un molde redondo.

2. Si tienes un molde metálico mejor que mejor para esta receta, puesto que se hornea y dora mejor (yo la hice en fuente de pirex y le costó más trabajo dorarse).

3. Los restos de masa que sobren después de recortarla se pueden volver a unir y utilizarlos en algún molde más pequeñito que tengas o congelarlos para poder usarlos en otro momento. Yo los aproveché para hacer la tartaleta de la foto de más arriba.

4. Puedes aprovechar el horno para hacer otras cosas a la vez, puesto que es un pastel al que no le importa que abras el horno si es necesario (al contrario de lo que le ocurre a los bizcochos) y así se aprovecha mejor la energía.


lunes, 7 de septiembre de 2015

Cookies con chocolate

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Hace tiempo que tenía ganas de hacer esta receta, la vi hace tiempo en un programa de Canal Cocina (Las recetas de Annie) y me gustó. Me gustó porque tenía este tipo de galletas atravesadas (la última vez que intenté hacerlas el resultado fue horroroso), porque me encanta el envolvente sabor a chocolate que tienen y porque hacer un nuevo tipo de galletas caseras para mí siempre es bienvenido.

El resultado han sido unas galletas crujientes (cosa que puede cambiar si las sumerges en un vaso de leche) y con un buenísimo sabor a chocolate al llevar incluido dos tipos: en trocitos y rallado. Además el gusto y textura que le da a estas galletas la avena me ha parecido muy interesante. Suerte que el monstruo de las galletas no pasó por mi casa porque si no no hubiera quedado ninguna.


Ingredientes:
- 115 gr de mantequilla
- 100 gr de azúcar blanca
- 110 gr de azúcar moreno
- 1 huevo grande
- 150 gr de harina de repostería
- 110 gr de copos de avena
- 1 pizca de sal
- 1/2 cucharadita de levadura en polvo
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 170 gr de gotas de chocolate (yo usé sin leche)
- 50 gr de chocolate (yo utilicé Nestlé postres sin leche)
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla

Preparación:
1. Con la suficiente antelación debemos haber sacado la mantequilla y el huevo del frigorífico para que se pongan a temperatura ambiente. Mientras podemos ir preparando los ingredientes. En una picadora pulverizar los copos de avena (no tienen que estar demasiado finos, un molido basto) y reservar en un recipiente. En la misma picadora (no es necesario limpiarla) poner el chocolate troceado y picar, si lo prefieres puedes rallarlo pero así es más lento y sucio (ya lo he comprobado).

2. Batir con barillas (manuales o con máquina) la mantequilla junto con los dos tipos de azúcar hasta que quede bien cremosa la mezcla. Añadir la vainilla y el huevo y continuar batiendo hasta que todos los ingredientes se integren bien.

3. Tamizar juntas la harina, sal, levadura y bicarbonato y añadir y mezclar. Finalmente añadir la avena junto con el chocolate en gotas y el rallado. Mezclar todo bien y dejar en el frigorífico.

4. Encender el horno a 190ºC. Cuando esté caliente sacar la masa del frigorífico y formar bolitas del tamaño de una albóndiga e ir colocándolas en una fuente de hornear cubierta con papel dejando una separación de unos 5 cm entre cada bolita para evitar que se peguen (cuando las metamos en el horno se aplastarán y ensancharán). Hornear durante unos 10 o 15 minutos (en función del horno y del tamaño que le hayáis dado a las galletas). Dejar enfriar sobre una rejilla.


domingo, 30 de noviembre de 2014

Vanillebretzeli

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Acaba noviembre y con él comienza el adviento. Hoy es el primer domingo de adviento. En alemania existe una bonita tradición en estas fechas. Seguro que habéis visto en revistas, blogs, webs... las típicas coronas de adviento que decoran las casas en estas fechas o incluso puede que tengáis una en casa. Pero además de ser un elemento estético tienen también un significado más religioso o espiritual.
La corona de adviento o Adventskranz tiene cuatro velas que representan las cuatro semanas de este período hasta la Navidad. Cada domingo de adviento las familias se reúnen por la tarde en torno a su corona y encienden una vela el primer domingo, dos el segundo y así sucesivamente... Además toman alguna bebida caliente y comen galletas. En Alemania es muy típico hornear en casa galletas siguiendo recetas tradicionales.
La receta que os traigo hoy es de esas tradicionales de familia. Las hacía junto a otras que también os enseñaré la abuela de mi primera profesora de alemán. Están muy ricas, el sabor recuerda al de las galletas danesas de mantequilla que venden en latas. Además tienen la característica forma de los Bretzel que tanto me gusta. Os animo a que las probéis y que con o sin corona de adviento las compartáis con la familia. Será como mínimo un buen momento en familia.


Ingredientes:
- 130 gr. de mantequilla
- 100 gr. de azúcar fina
- 1 huevo
- 260 gr. de harina fina
- 1 punta de cuchillo de vainilla (en su defecto azúcar vainillada)
- 1 cucharadita rasa de levadura en polvo
- 1 pizca de sal



Preparación:
1. Batir la mantequilla (a temperatura ambiente) con el azúcar hasta que quede aireada. Añadir el huevo a temperatura ambiente y continuar batiendo. Añadir la sal y la vainilla.
2. Mezclar la harina y la levadura y tamizar sobre los demás ingredientes. Mezclar hasta que queden bien mezclados todos los ingredientes. Volcar sobre film transparente, formar una bola y refrigerar para que la masa se solidifique un poco (una media hora). Podemos acelerar este proceso usando el congelador y poniendo la masa ligeramente extendida en lugar de formar una bola.
3. Sacar la masa del frío y con la ayuda de un rodillo de cocina extender la masa hasta que tenga un grosor de medio centímetro aproximadamente. Con un cortador de galletas cortar de la forma deseada (aunque la característica es la de la foto). Volver a meter las galletas al frío para que vuelvan a endurecerse (así conservarán mejor su forma al hornearse) y mientras calentar el horno a 180.C.
4. Hornear durante unos 13-15 minutos hasta que tengan color dorado. Dejar enfriar sobre una rejilla.


jueves, 13 de noviembre de 2014

Tarta de manzana y almendra

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Hoy os traigo una nueva tarta de manzana. No sé cuántos tipos de tartas de manzana pueden existir en el mundo, pero yo tengo debilidad por las que aúnan las manzanas con las almendras. Qué gran equipo forman.

Esta receta es de las que son típicas de Europa central. Llevo algunos años haciéndola y es de las que siempre gustan. Además la manzana tiene un papel muy protagonista, no es de las tartas en las que la manzana sirve para decorar, aquí la manzana ocupa un lugar bien destacado. Os animo a que la probéis.

Fuente: Revista Comer bien nº 159


Ingredientes: 
- 500 gr. de manzanas
- 100 gr. de harina
-1/2 cucharadita de levadura en polvo
- 100 gr. de almendra molida
- 70 gr. de azúcar
- 3 huevos
- 120 gr. de mantequilla
- 1 cucharada de azúcar glas
- 1 pizca de sal


Preparación:
1. Moler la almendra bien finita con ayuda de un procesador de cocina. Tamizar la harina y la levadura en un cuenco grande, unir la almendra molida, el azúcar, los huevos, una pizca de sal y 100 gr. de mantequilla reblandecida. Trabajar los ingredientes con unas varillas eléctricas hasta obtener una masa homogénea.

2. Untar con mantequilla los laterales de un molde redondo de 24-26 cm desmontable. Cubrir la base con papel de hornear y montar el molde, de manera que el papel quede bien estirado. Volcar la masa en el molde y refrigerar durante media hora.

3. Mientras tanto precalentar el horno a 180 ºC, calor arriba y abajo. Pelar las manzanas, partirlas en cuartos y hacer rebanadas desde la parte exterior de la manzana hacia el centro sin terminar de cortarla, es decir, hacer cortes tipo "libro" hacia el interior de la manzana.

4. Justo antes de meter la tarta en el horno hundimos las manzanas en la masa, rociamos con la mantequilla que habíamos reservado y que habremos derretido y espolvoreamos con azúcar glas. Cocer durante 45-50 minutos.


viernes, 24 de octubre de 2014

De pintxos por San Sebastián y Bilbao

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Os contaba en mi receta de Tarta helada de mango y yogur que este verano hemos tenido la suerte de poder volver a salir unos días de vacaciones. Nos encanta viajar (de ahí la mitad del nombre del blog) y nos gustaría hacerlo mucho más de lo que lo hacemos, pero siempre, siempre disfrutamos cada viaje vayamos más cerca o más lejos. Normalmente hemos intentado hacer escapadillas fuera de España, pero también vamos buscando oportunidades para conocer zonas de nuestro país que aún no hemos visitado. Y mira que hay sitios bonitos.

Esta vez decidimos quedarnos en España y hacer una ruta por el norte: Burgos, San Sebastián y Bilbao, buena parte de Cantabria y de Asturias, y León. Pensaréis que nos hemos tirado tres semanas de viaje por lo menos, pero qué va, es que somos almas inquietas y cuando salimos de viaje vamos a aprovechar los días a tope.

Pues como os decía una de las paradas fue en el País Vasco, San Sebastián un día y al siguiente Bilbao, y tenemos que decir que nos encantaron. Bueno, en realidad nos encantó todo el viaje, cada lugar tiene algo especial que nos entusiasmó. Y en estas dos ciudades, pese a su belleza, lo cuidadas que se ven, los monumentos para visitar, lo bonitas que son... lo que nos llegó al corazón por encima de todo fueron los pintxos. Y no quería dejar de compartirlo con vosotros por si estáis pensando en ir por allí para que no lo dudéis, y si no se os había ocurrido para que no tardéis en cambiar de opinión y hacer una escapada.

Previamente al viaje nos documentamos al respecto a través de tripadvisor y de unas entradas que hizo El Cocinero Fiel en su blog (podéis verlas aquí y aquí). Además en la oficina de turismo de San Sebastián nos dieron un callejero donde venían marcadas las zona para "pintxear" (que también podéis descargarlo aquí) y el pinto estrella de cada lugar.

En San Sebastián nos quedamos por la zona vieja. Éstas fueron nuestras elecciones:

-   Dakara Bi (C/ 31 de Agosto nº 25). Me quedé emocionada con este sitio, pequeñito pero con muy buena atención al público y unos pintxos que estaban deliciosos:

  • Taco de solomillo y foie con reducción de frutos rojos (pintxo estrella): para perder el sentido
  • Brocheta de rape y langostinos con salsa de marisco (pintxo especial): muy bueno

- Casa Gandarias (C/ 31 de Agosto nº 23). Este sitio era más grande y había más movimiento de gente, pero los pintxos también excepcionales:

  • Tartaleta de hongos y gambas: pequeñita pero con un sabor delicioso.
  • Crepe de bacalao con reducción de pil-pil: muy bueno
  • Risotto de hongos al Idiazábal: delicioso.

- La Viña bar (C/ 31 de Agosto nº 3). Este sitio nos gustó aunque comparado con los otros dos en los que estuvimos no nos pareció tan exquisito (quizá fue nuestra elección de pintxos):

  • Canutillo de queso con anchoas (pintxo estrella): bueno
  • Crujiente de bacalao: muy bueno.

- Bar Zeruko (C/ Pescadería nº10). Este sitio era también de alucine, nos faltaban ojos para mirar todos los pintxos que había sobre la barra y los que sacaban, eran bocados de alta cocina. Un verdadero sufrimiento el tener que decidirnos por alguno:

  • Rosa de bogavante: alucinante la presentación con un humo rosa que salía de debajo del pintxo y un sabor delicioso.
  • Hamburguesa de chipirón: buenísima y muy original con esa esponja negra que la acompañaba, exquisito.

- Borda Berri (C/ Fermín Calbetón nº 12). Este sitio tenía muy buena posición en tripadvisor y decidimos probarlo. El local era un poco incómodo para pedir y tomar los pintxos, pero hay que tener en cuenta que fuimos en fin de semana de temporada de verano (a tope de gente). Los pintxos muy buenos:

  • Magret de pato cocinado a baja temperatura: estaba muy bueno, aunque se ve que lo cocinaron a tan baja temperatura que estaba casi frío.
  • Pulpo a la plancha con membrillo: nos encantó esta manera de cocinar el pulpo y la combinación de sabores del pulpo con el membrillo salteado. Muuuuuuuy rico.

- Bar Sport (C/ Fermín Calbetón nº 10). Pese a la buena posición que ocupaba en tripadvisor nos pareció que los pintxos, aunque buenos, eran más convencionales:

  • Crepe de txangurro: estaba muy bueno.
  • Canelón de calabacín relleno de pollo y pimiento (no sé el nombre del pintxo, os he puesto más bien su descripción): bien aunque poco innovador.

En Bilbao estuvimos por la zona vieja, por las Siete Calles. No encontramos unos pintxos tan originales como los de Bilbao pero también los disfrutamos un montón:

- Xukela (C/ Perro nº 2): Este sitio nos decepcionó un poco, quizás por la experiencia previa tan alucinante que tuvimos en San Sebastián y porque no nos apeteció probar el que se considera que es su especialidad: cresta de gallo. Los que probamos eran más convencionales y ni siquiera sacamos foto, pero repito que quizás se tratara de la elección de pintxos que hicimos.

- Gatz (C/ Santa María nº 10): De este sitio ya no nos movimos. Nos encantó. Sin ser cosas novedosas destacaba por la buena ejecución de los pintxos, estaban muy ricos y el camarero era muy agradable, por lo que nos encontramos muy cómodos en este sitio:
  • Pintxo de bacalao al pil pil: Fue el culpable de que nos quedáramos allí y no probáramos otros sitios, y además el culpable de que tampoco variáramos mucho de pintxos. Estaba excepcional.
  • Pintxo de canelón de calabacín al vapor y queso crema, pimiento del piquillo y anchoa. Muy bueno.
  • Pintxo de pimiento del piquillo relleno de bacalao y frito a la romana. Estaba bueno aunque no era muy original.
  • Pintxo de tortilla de morcilla de Burgos. La gente le tiraba bastante a este pintxo y la verdad es que estaba bueno, una variedad diferente de tortilla.
  • Pintxo de lasaña de berenjena, jamón y queso. También muy bueno.
  • Pintxo de canelón de salmón y queso crema. Bueno.

Pues éste es el resumen de nuestro pintxeo por San Sebastián y Bilbao. A modo de conclusión:
- Nos ha encantado la experiencia de pintxear, ya que en cada pintxo se nota que se trata de elaboraciones muy cuidadas y en algunos casos de alta cocina.
- Esta forma de picar algo permite variar mucho y además se puede comer relativamente rápido al estar en la mayoría de los casos ya finalizada su elaboración.
- El precio (de esto no he comentado nada) es relativamente alto. Digo relativamente porque yo estoy acostumbrada a otro tipo de tapeo en Jaén, donde solemos tener en los bares tapas gratis con la bebida y lo que pagamos son raciones, que en proporción salen más económicas. No obstante, hay que valorar la elaboración que tienen muchas de ellas (que también se nota en su precio) y que algunos de estos pintxos tenían un precio bastante económico.
- Finalmente decir que aquí hay una pequeña selección de locales, los que nosotros conocimos, y dentro de ellos una selección de sus pintxos (los que nosotros pedimos), por lo que queda todo un mundo de pintxos por explorar (y estamos dispuestos a seguir indagando). Aquí sólo indicamos nuestra impresión y experiencia de lo que pudimos conocer. Y por supuesto si tenéis alguna recomendación de locales y pintxos para probar os estaremos tremendamente agradecidos porque seguro que los visitaremos en nuestro próximo viaje al País Vasco, que esperemos que no tardemos  mucho en hacer.